Melendi conmueve Madrid con una noche de humanidad, nostalgia y sueños compartidos

Melendi conmueve Madrid con una noche de humanidad, nostalgia y sueños compartidos

La noche del 17 de diciembre de 2024 quedó grabada en la memoria de más de 16.000 personas que asistieron al Wizink Center de Madrid para presenciar el cierre de la gira “20 años sin noticias” de Melendi. Lo que empezó como una gira con pocas paradas se convirtió en un fenómeno musical que ha recorrido el país durante más de un año.

El evento no solo fue una celebración de dos décadas de éxitos, sino también una muestra de cómo el asturiano ha sabido mantenerse vigente. La noche comenzó con la aparición sorpresa de Mau y Ricky, quienes prendieron el ambiente con algunos de sus éxitos recientes. Pero la verdadera emoción comenzó a las 21:06 cuando las luces se apagaron y la sinfonía de James Bond anunció la llegada de Melendi. Con una pantalla gigante mostrando imágenes de su carrera, el cantante apareció interpretando “El parto”, tema con el que abrió un recorrido cargado de nostalgia, anécdotas y buena música.

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Durante el concierto, no faltaron los clásicos que marcaron a toda una generación. Temas como “Mi primer beso”, “Como una vela” y “Un violinista en tu tejado” hicieron vibrar a la audiencia. La escenografía, con una pantalla principal y cuatro pantallas laterales, se complementó con un juego de luces que destacó los momentos más emotivos del show.

Un aspecto que resaltó la humanidad y empatía de Melendi fue su decisión de parar el concierto hasta en tres ocasiones para atender a personas que se marearon en el público y requerían atención sanitaria. Este gesto fue muy valorado por sus seguidores, quienes aplaudieron su compromiso con la seguridad y el bienestar de todos los presentes.

Pero la noche no solo fue un recital de éxitos. También fue una fiesta de colaboraciones inesperadas. Mau y Ricky regresaron al escenario para interpretar “La boca junta” junto a Melendi, mientras que India Martínez aportó su voz en “Con solo una sonrisa” y “Si ella supiera”, dejando claro que la química entre ambos es incuestionable. El momento álgido llegó con la aparición de Willy Bárcenas, líder de Taburete, con quien interpretó “Sirenas” y “Loco”, desatando la euforia entre el público.

La conexión de Melendi con sus seguidores fue otro de los grandes protagonistas de la velada. Durante “Cenizas en la eternidad”, el WiZink Center se iluminó con miles de luces de móviles y globos amarillos ondeando, gesto organizado por sus seguidores para homenajear al cantante. Melendi no ocultó su emoción, agradeciendo a sus "guerreros" por acompañarlo durante tantos años.

Hacia el final del concierto, Melendi hizo una reflexión sobre el paso del tiempo y el valor de los sueños: “El único consejo que le daría hasta a mis hijos es: cuando tienes un sueño no lo cuentes hasta que se empiece a materializar. Cuida tu sueño como si fuera tu bebé e inténtalo”. Acto seguido, llegó la recta final con temas como “Cheque al portamor”, “Jardín con enanitos” y “Arriba Extremoduro”, donde Melendi incluso se atrevió a hacer una versión a capella de “So payaso” de Extremoduro, provocando la ovación general.

El cierre de la noche fue apoteósico. Los últimos acordes de “Lágrimas desordenadas” resonaron en el recinto, seguidos de “El Nano”, tema que el cantante insinuó que podría ser la última vez que interprete en directo. Sin embargo, muchos asistentes se quedaron con las ganas de escuchar “Asturias”, la mítica canción con la que Melendi rinde homenaje a su tierra natal. Esta pieza destaca por resaltar el paisaje, la cultura y la fortaleza de la gente asturiana, mencionando elementos icónicos de la región como la cuenca minera, el descenso del Sella y figuras históricas como Don Pelayo. La ausencia de este tema fue uno de los pocos "peros" de una noche inolvidable.

La despedida llegó con una reflexión final que hizo eco en cada rincón del WiZink Center: “Hagamos que no todas las opiniones tengan el mismo crédito, que no todas las miradas sean desconfiadas, hagamos que no todos los miedos sean importantes, hagamos que no todos los sueños sean durmiendo, hagamos que absolutamente todas las guerras sean en la cama, y hagamos, Madrid, que no todas las despedidas sean amargas”.

Melendi dejó Madrid con la promesa implícita de volver, tal vez dentro de otros 20 años, para recordar una vez más que sus canciones no solo forman parte de la banda sonora de nuestras vidas, sino que también nos enseñan a soñar. La última parada de esta gira será el 27 de diciembre en el Palau Sant Jordi de Barcelona, donde Melendi pondrá el broche de oro a una etapa que, lejos de ser un adiós, suena más a un “hasta pronto”.

 

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