Más de la mitad de las empresas medianas españolas aumentará su inversión en sostenibilidad

El 54% de las empresas medianas en España planea incrementar su inversión en sostenibilidad durante 2024, superando así la media europea del 50%, según el informe "El camino hacia un futuro sostenible: Por qué el mundo necesita un middle market sostenible", elaborado por Grant Thornton.

El estudio, basado en encuestas a 4.000 altos directivos, de los cuales 400 son españoles, entre abril y junio de 2024, destaca que el 48% de estas empresas priorizará las energías renovables, un porcentaje superior al 43% de la Unión Europea y al 42% del total de países analizados.

Áreas prioritarias de inversión

Además de las energías renovables, la gestión de residuos figura como la segunda área de mayor interés, elegida por el 35% de los directivos encuestados. Le siguen la digitalización para mejorar la eficiencia (34%), el desarrollo de productos sostenibles y la reducción de emisiones de carbono, ambos con un 30%.

Sergi Puig-Serra, socio de Auditoría y Assurance No Financiero en Grant Thornton, subraya que “adoptar criterios sostenibles no solo es necesario para cumplir con la normativa, sino que también aporta beneficios tangibles en términos de imagen y rentabilidad empresarial”.

Por otra parte, el 40% de las empresas medianas ya cuenta con una estrategia de sostenibilidad o prevé implementarla en los próximos 12 meses. Asimismo, el 38% trabaja en el cumplimiento de objetivos específicos relacionados con sostenibilidad y el 33% realiza evaluaciones basadas en los criterios ESG (Environmental, Social, and Governance).

Retos y diferencias con las grandes empresas

Pese a los avances, las empresas medianas españolas aún enfrentan desafíos significativos. A nivel global, el 51% de las compañías ya ha implementado estrategias sostenibles, y el 47% evalúa regularmente su cumplimiento. En España, estas cifras son inferiores, y las pymes avanzan más lentamente en comparación con las grandes corporaciones, que tienen mayor capacidad para adaptarse.

El informe señala que solo el 28% de las pymes españolas incorpora los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en sus estrategias, frente al 67% de las grandes empresas, donde el 99% trabaja activamente en estos ámbitos. La falta de Recursos Humanos y económicos, junto con la rapidez de los cambios regulatorios, son los principales obstáculos para el sector, según el 44% y el 43% de los encuestados, respectivamente.

Las normativas europeas, como la Directiva de Información Corporativa sobre Sostenibilidad (CSRD) y el Reglamento Taxonomía de la UE, exigen mayor transparencia en las actividades sostenibles. Por su parte, la Directiva de Diligencia Debida en Sostenibilidad, en vigor desde abril de 2024, impone responsabilidades legales a las empresas para garantizar el respeto a los derechos humanos y al medio ambiente, con sanciones de hasta el 5% del volumen de negocio en caso de incumplimiento.

Adaptación a la normativa y mejora de la competitividad

A pesar de las dificultades, el middle market juega un papel crucial en la sostenibilidad global. Sin embargo, el acceso limitado a financiación, las crecientes presiones normativas y las altas expectativas de consumidores e inversores suponen retos importantes.

Jaime Romano, socio director de Consultoría e Innovación de Grant Thornton, asegura que “no existe un enfoque único para avanzar en sostenibilidad. Las empresas deben adaptar sus estrategias según su contexto y objetivos, ya sea implementando medidas, recopilando datos o elaborando informes”.

Asimismo, destacó que las empresas medianas están fortaleciendo sus procesos para mejorar la calidad de los datos y adaptarse a las normativas más complejas. La colaboración con asesores especializados, añade Romano, facilita la integración de actividades sostenibles en sus estrategias corporativas y simplifica el proceso de adaptación regulatoria.

La apuesta por la sostenibilidad no solo garantiza el cumplimiento normativo, sino que se presenta como un factor clave para mantener la competitividad en los mercados internacionales y reforzar la percepción positiva ante clientes e inversores.