Hacer ejercicio mejora el aprendizaje y la memoria
El ejercicio físico tiene un impacto directo en el cerebro, promoviendo la formación de sinapsis, el flujo sanguíneo cerebral y el desarrollo de conexiones neuronales nuevas, según explica Llorenç Andreu, catedrático de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) e investigador del eHealth Center.
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Estas mejoras favorecen habilidades esenciales como la atención, la memoria y la adquisición de vocabulario, algo particularmente beneficioso para las personas con trastornos del lenguaje.
Un metaanálisis de la Universidad de Kentucky encontró que la actividad aeróbica mejora el rendimiento académico en niños, elevando su coeficiente intelectual y su desempeño en asignaturas clave como matemáticas, lectura y ciencias.
Por otro lado, un estudio de la Universidad de Delaware demostró que los niños preescolares que nadaron tres minutos tras aprender palabras nuevas retuvieron más vocabulario que aquellos que simplemente descansaron.
En adultos, la actividad física refuerza la atención y las funciones cognitivas, aunque los estudios no han determinado una pauta específica. Según Andreu, "hacer ejercicio aeróbico moderado entre tres y cinco días a la semana sería lo más adecuado".
Mientras que los beneficios del ejercicio aeróbico están ampliamente documentados, los efectos del ejercicio anaeróbico de alta intensidad en la cognición siguen siendo inciertos. Algunas investigaciones sugieren que puede mejorar el rendimiento cognitivo en adultos jóvenes, mientras que otros estudios no han encontrado ventajas significativas en niños y adultos.
Los mecanismos que explican estos efectos incluyen una mayor liberación de neurotransmisores, la neurogénesis y cambios en la estructura del sistema nervioso central, facilitando la adquisición de nuevas habilidades lingüísticas.
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