The Lone Ranger
![The Lone Ranger The Lone Ranger](/images/stories/noticias/2014/01/140102_lone_ranger.jpg)
Un rostro pálido enmascarado frente al indio de la cara pintada, como un clown. Le preguntaba:
- ¿Por qué ocultamos nuestros rostros?
- Es para defender nuestros ojos con la visión de la injusticia que nos rodea.
Así, los personajes del 'Llanero Solitario' y su fiel Tonto podrían haberse dirigido el uno al otro, porque serían llamados a ser pareja de acción ahora cómica, con el mismo peso aunque uno se llevará la fama siempre por amistad ´ke-mo sah-bee´).
Los programas de radio (iniciados por la década de los 30 en la cadena de Detroit WXYZ) y posteriormente en los seriales por capítulos en la tv y en el cómic, tendrían varias veces su reflejo en la gran pantalla.
Luego con la llegada del vídeo se mataría a la estrella de la radio y el tebeo.
Ese vídeo que propuso como método publicitario, el tráiler en las películas como método disuasorio. Pero que, en casos como 'El Llanero Solitario' sólo le produjo el caos y la desinformación por sus pésimas cualidades de propaganda equivocada. Para eso mejor una viñeta en un periódico.
Aquellos tebeos que los niños de generaciones pasadas, esperaban como indio cabreado esperando la lluvia.
Empapados con héroes de leyenda enmascarados y salvadores de los débiles.
Justicieros de otras épocas, como la del lejano y salvaje Oeste, en la actualidad con lavado de cara y nueva mirada incluidos.
La publicidad que se merecía el filme dirigido por Gore Verbinski (Rango), era una aproximación al héroe solitario al abrigo del Cañón Grande, a la figura recortada con sus balas de plata al galope en viñeta, con un incipiente humor de mimo y la crítica de una sociedad avariciosa, y como no, por la diversión sin concesiones. Y no el pastiche ofrecido a priori.
El Humor (con mayúscula) de una generación de actores del cine cómico o mudo, de la cual un indio cabreado en busca de la venganza se hace sucesor con honores de todos aquellos. Gracias también a la técnica visual moderna, las pinturas de guerra de piratas quemados y pasados de océanos caribeños, se transforman en mejores clowns, mecidos (como la escalera cimbreante en una cabalgadura de acero desbocada). Johnny como pintado hombre blanco, sin palabras. Johnny "busterizado" echando más madera y emulando al gran Keaton.
La palabra escrita en los cómics a través de guionistas como su creador Fran Striker (también de 'El Avispón Verde'), superhéroes primigenios llevados de nuevo a la gran pantalla del cine, en una elaborada construcción de humor para entendidos. El caballo de vapor destruyendo a los pioneros de la acción.
Esas frases que dan protagonismo al más listo de los "Tontos", aunque todos los demás intérpretes piensen en el pulcro traje oscuro con estrella del solitario. Así, me fumo la pipa de la paz con Johnny Deep que vuelve a cabalgar, por medio del gag y la risa. Vuelve un Nadie atontado, pero con un toque cómico y sobre todo, menos parlanchín que un bucanero.
Una sorpresa que nos hace revivir otras épocas del western y las viejas historietas a tinta, con sabor verdadero a polvo del desierto y corazones sangrantes (recordando sangre y sexo habían hecho un pacto quebradizo con aquel Disney). Formando un grupo de rebeldes jinetes y justicieros.
Otro grupo, como una banda aparte del infierno, no menos atractiva que indio y Galán. Ese salido de un cubil de serpientes de una película de Leone, del infierno y la maldad, de un circo de freaks que catalogan al ser humano por su dinero para hincarle el diente. Aunque fuera el mismo diablo solitario a caballo, llamado Eastwood.
El circo del lejano Oeste, una atracción de feria en las piernas marfileñas para chicos espabilados. Esos mismos que en el futuro podrían perpetuar el antifaz de héroes cansados.
El bueno con ojos fraternales como antifaz, el feo con espíritu de sus antepasados caídos y los malos con dientes podridos y sus relojes marcando el tiempo de los caídos en el pasado. Encabezados por un todo terreno de lujo como William Fichtner, un malo con galones y cabecilla de la banda de corsarios en el papel de Butch Cavendish. Al ritmo épico de Hans Zimmer.
Quizás no fieles a la imagen sin humor, aunque duela a los espíritus más clásicos del tebeo.
El Ranger Solitario (Armie Hammer ahora como príncipe de Texas sin Mirror, mirror) cabalga de nuevo, para defendernos de la injusticia sobre el trabajador explotado, la destrucción de los paisajes naturales y la avaricia por el vil metal. Aunque fuera necesario tirar la locomotora al mismísimo Río Kwai.
Algo de gore escondido en las entrañas Disney, mucho Gore moviendo ágilmente la cámara en busca de la diversión absoluta, otorgando movilidad al dibujo creado a lápiz por el dibujante Charlie Flanders (fallecería en España en 1973 casi a la vez que otra revisión moderna con fantasmales criaturas y motocicletas salidas del averno). Como un fuego ígneo necesario para encender y fumar la pipa de la paz entre el indio y un público más exigente.
Cometimos errores no por placer, sino para espolear al futuro.
Verbinski ha demostrado que llevaba un western en la sangre a favor de los pueblos indígenas y de los explotados por la plata.
Johnny que se puede hacer el payaso como un magnífico actor...
y el héroe que tiene el eterno dilema de la no pertenencia en su alma...
Seguir adelante con su misión, sin mirar atrás, hacia el amor o la estabilidad.
Con la máscara del hermano en su rostro por siempre.
Otros sucesores de antifaz esperan en museos de cera, para sustituir a los viejos lectores de cómics.
Ke-mo sah-bee!!
**** Notable ****
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