El Ayuntamiento de Alcorcón no despedirá a los 620 funcionarios sujetos a examen
El alcalde de Alcorcón, David Pérez, ha asegurado hoy que no va a despedir a los 620 empleados municipales que pasaron de ser personal laboral a ser funcionarios en un proceso administrativo que se llevó a cabo en 2011 y que ahora el Consistorio ha empezado a revisar.
El Ayuntamiento de Alcorcón empezó a notificar la pasada semana a 620 empleados municipales que no son funcionarios, sino personal laboral, cumpliendo así sendos informes de la Cámara de Cuentas y de la Consejería de Presidencia de la Comunidad en los que se observan, según el Ayuntamiento, "defectos esenciales".
"Los sindicatos -ha explicado el regidor- han llegado a poner un anuncio en el que dicen que yo quiero despedir a 700 personas, pero eso es una injuria, una mentira y una forma de crear alarma innecesaria porque esas personas dejarían de ser funcionarios. Nada más".
"A esos señores sindicalistas, socialistas, comunistas, anarquistas, indignados y de todo tipo que denuncian que se quiere revertir este proceso, les remito a la lectura del informe de la Cámara de Cuentas, donde dice de una forma clara que esas personas no debieron ser funcionarizadas", ha subrayado.
Pérez también ha explicado sobre este procedimiento que se llevó a cabo a finales de la etapa de Enrique Cascallana al frente de este consistorio y que "se hizo de una forma exprés y sin cumplir garantías", al tiempo que ha reiterado que su objetivo es "proteger "la función pública de un supuesto abuso; no lo contrario".
En su opinión, la reversión de ese procedimiento "sigue su marcha" porque "es un ataque contra la función pública" abusar "de la 'funcionarización'", pero no "en opinión del Ayuntamiento", sino de la Cámara de Cuentas.
"Es muy cínico y una pirueta increíble", ha criticado, que, "desde la izquierda se esté intentando justificar y defender ese proceso" cuando, a su juicio, formaban parte del equipo de gobierno concejales como la actual portavoz socialista, Natalia de Andrés, y ediles de esta formación como Manuel Lumbreras o Marta Bernardo.
"Es una auténtica desvergüenza, un ejemplo de cinismo y de una hipocresía extrema que estas personas estén yendo a las manifestaciones contra los recortes y los sindicatos no tengan la decencia de decirles 'compañeros, es mejor que os vayáis de aquí'", ha concluido.
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