Un jurado declara culpable a la exalcaldesa de Serranillos por malversación

Un jurado popular ha declarado culpable por unanimidad a la exalcaldesa de Serranillos del Valle, Olga Fernández, acusada de un delito de malversación de caudales públicos por gastarse 370 euros del Consistorio en dos bolsos, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

Considera el jurado que "en su condición de alcaldesa de la localidad de Serranillos del Valle, la procesada, guiada por el ánimo de lucro, adquirió dos bolsos con una tarjeta de crédito a cargo de la corporación municipal".

La Fiscalía pide para la acusada dos años de cárcel y 1.080 euros de multa, por un delito de malversación de caudales públicos.

El Ministerio Público considera en su escrito de acusación que la exalcaldesa del PP -en el cargo desde 2003 hasta 2011- usó dinero público "a título personal" para comprar los mencionados bolsos en la tienda Purificación García, situada en la madrileña calle Serrano.

No obstante, la exregidora negó tal acusación durante el desarrollo del juicio y especificó que éstos fueron entregados como "obsequio" a una funcionaria de la Consejería de Economía y Hacienda por "agilizar" el cobro de unas subvenciones otorgadas al Ayuntamiento de Serranillos del Valle.

Gracias a ello, aclaró Fernández, el Consistorio pudo "pagar a tiempo a sus empleados", a lo que también añadió que nunca usó "esa tarjeta para gastos privados".

Ante las preguntas de la Fiscalía y la acusación particular acerca de su relación con esa funcionaria, especificó que no la conoce "en persona", sino que simplemente es la que se encargaba de autorizar los pagos al Consistorio por parte de la Consejería.

También manifestó que no se trataba de ninguna actividad relacionada con el cobro de comisiones ilegales, sino simplemente una forma "de agradecer" a una persona en particular que pagase a tiempo al Ayuntamiento, cuando éste se encontraba con problemas de liquidez.

Asimismo, afirmó varias veces que dichos gastos estaban incluidos en los presupuestos del Consistorio y que habían sido aprobados por el resto de concejales en "una reunión informal" que tenía lugar semanalmente.