Instagram reabre el debate sobre la privacidad

La reciente incorporación de una función de mapa en Instagram ha despertado inquietudes entre los usuarios en relación con la protección de su privacidad.
La herramienta, similar a Snap Map de Snapchat, permite descubrir contenido en función de la localización. Aunque la plataforma asegura que la compartición de ubicación está desactivada por defecto, varios usuarios afirman haberse visto en el mapa sin haber activado dicha opción.
Instagram ha explicado que para que una cuenta aparezca en el nuevo mapa es necesario que el usuario active manualmente la función de compartir ubicación. Este ajuste, que permanece desactivado por defecto, ofrece además la posibilidad de personalizar la visibilidad: puede limitarse a todos los usuarios, solo a amigos cercanos o a contactos específicos.
Doble verificación y confusión entre usuarios
El director de Instagram, Adam Mosseri, ha intervenido para aclarar el funcionamiento de esta función tras las dudas que han ido surgiendo en los últimos días. Según ha detallado, la aplicación exige una doble verificación por parte del usuario para confirmar el consentimiento: tras activar la opción de compartir ubicación, Instagram vuelve a pedir confirmación antes de aplicarla.
A pesar de estas medidas, Mosseri ha reconocido que existe confusión entre los usuarios. Muchos de ellos, al ver sus propias cuentas en el mapa, han deducido que también son visibles para otros, cuando en realidad solo ellos pueden verse a sí mismos si no han compartido su ubicación.
"Estamos revisando todo dos veces, pero hasta ahora parece que la mayoría de las personas están confundidas y asumen que, debido a que pueden verse a sí mismas en el mapa cuando lo abren, otras personas también pueden verles", ha indicado Mosseri a través de su cuenta en Threads.
Las etiquetas de ubicación, posible origen del malentendido
Algunos usuarios, sin embargo, han asegurado que su localización ha sido visible para contactos sin haber dado permiso explícito. En determinados casos, ni siquiera desactivar la ubicación en la aplicación o en el propio dispositivo ha sido suficiente para desaparecer del mapa, lo que ha llevado a varios a bloquear el acceso de Instagram a nivel de sistema operativo.
Una posible explicación a esta situación podría estar en el uso de etiquetas de ubicación en las publicaciones. Tal como ha señalado el medio especializado Engadget, las ubicaciones etiquetadas en historias o fotos pueden aparecer en el mapa aunque la opción de compartir ubicación esté desactivada. Estas etiquetas hacen referencia a lugares predefinidos por la aplicación, y su inclusión en un contenido puede provocar que se vincule al mapa de manera temporal.
Adam Mosseri ha querido matizar este punto. Según ha indicado, cuando se etiqueta una historia con una localización concreta, esta aparece en el mapa durante un máximo de 24 horas, asociada únicamente al lugar mencionado. No implica, por tanto, que se esté compartiendo la ubicación en tiempo real del usuario.
Revisión en curso
Ante la creciente inquietud, Instagram ha asegurado que está revisando el funcionamiento del mapa para garantizar que la privacidad de los usuarios se respete conforme a los parámetros establecidos. La compañía insiste en que la compartición de ubicación continúa siendo una opción voluntaria, que no se activa sin el consentimiento expreso y confirmado del usuario.
El desarrollo de herramientas con base en la geolocalización ha demostrado ser útil para descubrir contenido, pero también ha reabierto el debate sobre los límites de la privacidad digital. La respuesta de Instagram, aunque detallada, no ha logrado disipar del todo las dudas de parte de su comunidad, que exige mayor claridad y control sobre el uso de sus datos personales.