Este Gobierno va necesitando cambios urgentes

 Este Gobierno va necesitando cambios urgentes

¿Sirve este Gobierno, tal y como está compuesto, para los nuevos tiempos que nos está marcando ya la 'era Trump'? Pienso, no por primera vez, que Pedro Sánchez debería hacer una remodelación urgente de su Ejecutivo: Falla el organigrama, falla la coordinación entre varios ministros, es deficiente la planificación.

.. Y claro, ocurre lo que ocurrió el martes en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros: un bochornoso espectáculo en el que quedaron patentes las divergencias internas, incluso por cuestiones que podrían considerarse nimias, en el elenco gubernamental.

El rifirrafe a cuenta de la tributación o no de quienes perciben el salario mínimo interprofesional puede ser cuestión importante, aunque a mí me parece, y sin querer entrar aquí en el fondo del asunto, más propia para la demagogia que otra cosa. A mí, lo verdaderamente preocupante no es que existan divergencias, lógicas, en el Ejecutivo sobre este y otros muchos puntos: lo de verdad grave es que tales cuestiones no se diriman en el seno de las reuniones del Consejo de Ministros porque, simplemente, no hay tiempo, ni ganas, para debatirlas. Tenemos un Gobierno multitarea, que vive en la agitación permanente, pluriempleado, demasiado ocupado mirando al dedo que señala a la luna como para dedicarse a averiguar si estamos en cuatro creciente o menguante.

Lo que quiero decir, lisa y llanamente, es que el Gobierno, como tal, globalmente, no funciona. O no funciona tan bien como sería de desear. O que hay ministros que funcionan mejor que otros. Pero, en cualquier caso, falla la coordinación, porque no puede haber un solo ministro que se encargue de eso, de coordinar, además de a la Justicia, a las cosas de Presidencia y a las relaciones con las Cortes (me refiero, claro, a Bolaños). Como no puede haber un ministro que se ocupe al tiempo de dos cuestiones tan punteras (y dispares) como la Industria y el Turismo. De la misma manera que una vicepresidenta no puede aspirar a ser la 'número dos' en todo, al tiempo que ministra de Hacienda, vicesecretaria del PSOE y candidata a la Junta de Andalucía. ¿Sigo?

Pues sigo. Hay ministros 'de la primera hora' que mantienen un perfil adecuado pese al desgaste tremendo que ha significado gobernar a veces a trancas y barrancas: la titular de Defensa, el de Interior (pese a cuantas polémicas se quieran), el de Agricultura, ofrecen, pienso, una imagen de solidez. El 'nuevo' de Economía, Carlos Cuerpo, igualmente registra más aprobados que suspensos en una gestión no siempre fácil frente a la propia vicepresidenta Yolanda Díaz, auténtico factor de discordia (quizá necesario, no voy a entrar en eso ahora) en el equipo.

Y más: Exteriores precisaría incluso desdoblar la cartera para que una de las dos se ocupe tan solo de Europa; y es que la 'era Trump' va a precisar una atención muy especial a América, y con ello me refiero no solo a los Estados Unidos. Quizá el ministro Albares esté ya amortizado: demasiado polémico, aunque es un 'hombre fuerte' en el Gobierno. Y aún más: obviamente, y lo ha demostrado ya no poco, la ministra portavoz (y de Educación), que este miércoles se deshacía en explicaciones con los corrillos de periodistas tratando de justificar el bochornoso Consejo de Ministros del martes, tampoco puede seguir ejerciendo el cargo.

Asistí este miércoles a la reanudación del período de sesiones en el Congreso, con el control parlamentario al Gobierno. Me reafirmo, aprovecho para decirlo, en que estos actos no sirven para nada, excepto para mostrar la inanidad de las ideas de muchos y la mala educación de algunas señorías, entre las que este miércoles hay que reconocer que destacó el ministro de Justicia y de varias cosas más, Félix Bolaños, quien se ensañó en lo personal con los diputados de la oposición que le interrogaron, de manera señalada con la 'popular' Cayetana Álvarez de Toledo.

Por lo demás, como estaba previsto, Feijoo interrogó (¡¡a Sánchez!!) si el funcionamiento del Gobierno es bueno. La respuesta, también previsible. Todo bien, dice el Presidente Sánchez. Casi todo mal, dicen Feijoo y sus adláteres. El tono de VOX, también muy acorde con lo esperado No perciben, todos ellos, que hay que cambiar. Ya. Lo primero, a varios ministros del Gobierno. Después, muchas más cosas.

 

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