Doble crimen en Parla: la fiscalía eleva la calificación a asesinato

La fiscal ha reclasificado como asesinato el doble crimen ocurrido en diciembre de 2021 en el bar 'La Espuela' de Parla. Según la representante del Ministerio Público, las pruebas demuestran que las víctimas, el dueño del bar y un cliente, no tuvieron posibilidad de defensa ni de salvar sus vidas.

Por ello, se ha incrementado la solicitud de condena de cárcel.

Juicio hacia su fin

"Les ejecutó", afirmó contundentemente la fiscal. El juicio se encuentra en su fase final y se espera que quede visto para sentencia a lo largo de la mañana tras los informes finales de las partes y la última palabra del acusado. Inicialmente, los hechos se calificaron como homicidio, con una petición de 30 años de prisión, quince por cada delito. Sin embargo, la fiscal ha elevado ahora la solicitud de pena de cárcel.

Aunque no hubo testigos directos del crimen, existen indicios claros que señalan al acusado. La prueba principal son las llaves del taxi del acusado encontradas en un charco de sangre en la escena del crimen. Además, se hallaron dos huellas de calzado en la sangre que coincidían con las del procesado. Se ha probado que el acusado lavó sus zapatillas en una lavandería después de los hechos.

Pruebas concluyentes

En su informe, la fiscal explicó al jurado popular que el acusado no solo causó la muerte de las víctimas sino que el ataque fue tan violento y sorpresivo que impidió cualquier posibilidad de defensa. Según su relato, utilizó un Taburete y un objeto cortante para atacar a sus víctimas, llegando a seccionar la yugular de una de ellas cuando se percató de que aún seguía con vida pese a los golpes recibidos.

"Llevaba toda la tarde jugando a las máquinas y ese juego impulsivo le hizo coger un taburete. El impacto fue tal que eliminó toda posibilidad de defensa. No hubo una pelea porque el acusado no tiene heridas defensivas", subrayó la fiscal.

Brutalidad del ataque

Las víctimas, José Ángel y Rubén, de 62 y 52 años, fueron brutalmente apaleadas, apuñaladas y degolladas por el agresor, quien conocía a los fallecidos al ser cliente habitual del local. Tras cometer el crimen, el acusado intentó simular un incendio para borrar El Rastro.

En su declaración, el procesado negó su participación en el doble crimen, aunque admitió tener "lagunas" temporales debido a la elevada ingesta de alcohol. Insistió en que no cree ser capaz de matar a nadie.

Los hechos ocurrieron la noche del 27 de diciembre de 2021. Según la acusación, A.B.G. mató a cuchilladas al dueño del establecimiento, R.M.R.S., y al cliente J.A.A.A. Posteriormente, prendió fuego a una cortina para tratar de ocultar el crimen.

Durante el juicio, el acusado detalló que trabajaba como taxista, pero que en sus días libres solía beber cerveza y jugar a las máquinas tragaperras. Aquel día, reconoció haber estado en el bar La Espuela mientras esperaba que terminara la colada en una lavandería cercana. Aseguró que había estado hablando con las víctimas sobre fútbol y negó cualquier pelea o discusión con ellas. "Nunca me he peleado con nadie", afirmó.