Dos perros especializados se suman a la investigación de incendios en la región

Las Brigadas Especiales de los Agentes Forestales (BEIF) de la Comunidad de Madrid han logrado esclarecer este año el 85% de los 248 incendios ocurridos en la región. El trabajo de investigación ha permitido identificar a 67 presuntos autores y abrir 14 procedimientos penales, según ha informado la Agencia de Seguridad y Emergencias Madrid 112 (ASEM112).
De los incendios registrados, el 38% fueron provocados de manera intencionada, lo que representa un aumento del 4% con respecto al año anterior. Este incremento se atribuye, en parte, a la actuación de un presunto pirómano sospechoso de haber causado hasta 32 fuegos en áreas de alto valor ecológico, especialmente en los municipios de El Escorial, Zarzalejo y Navalagamella. La Administración autonómica se ha personado como acusación particular en el proceso judicial contra este individuo.
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Los incendios intencionados se originaron principalmente por actividades relacionadas con el control de fauna silvestre y labores agrícolas, ganaderas o cinegéticas, habituales a finales de invierno y principios de primavera, considerados periodos de menor riesgo de incendios. La segunda causa más común ha sido la negligencia, representando el 25% de los casos. Esta categoría incluye la quema de residuos agrícolas, el uso inadecuado de maquinaria en zonas forestales y actos vandálicos, como la quema de pelusa de chopos, conocida como "villano de los chopos".
El 17% de los incendios tuvo un origen accidental, mientras que el 15% se atribuye a causas desconocidas. Solo el 3% fue causado por rayos y un 2% por reproducciones de incendios anteriores.
Este viernes, la sede de la ASEM112 en Pozuelo de Alarcón ha acogido una reunión técnica entre el Cuerpo de Agentes Forestales y los fiscales de medio ambiente de la Comunidad de Madrid. Estos encuentros periódicos buscan analizar y coordinar las investigaciones relacionadas con delitos ambientales.
El Código Penal tipifica como delito la provocación de incendios, tanto intencionada como por imprudencia. En los casos donde se detecta un posible delito, los agentes forestales, en su calidad de policía judicial, remiten las diligencias de investigación y los informes técnicos a la Fiscalía de Medio Ambiente y a los juzgados competentes. Estos profesionales acuden al lugar del incendio paralelamente a las labores de extinción para investigar y recoger pruebas sobre el origen del fuego.
Las BEIF disponen de dos equipos con un total de 21 efectivos dedicados a la investigación de incendios forestales. Estos agentes realizan un análisis minucioso en el terreno afectado, buscando evidencias que ayuden a identificar el foco inicial y el método de ignición. Las pruebas encontradas son recogidas y custodiadas para ser presentadas ante las autoridades judiciales.