Pase lo que pase, la culpa será del PP, pierda cuidado
El Gobierno tiene que decidir este martes en Consejo de Ministros si mantiene su 'decreto omnibus', que engloba, entre otras cosas, la revalorización de las pensiones y los beneficios al transporte público o si trocea ese decreto separando cada cosa en una votación una a una en el Congreso de los Diputados.
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El error de la semana pasada fue, a juicio de la(s) oposición(es), tratar de hacer pasar churras con merinas, haciendo que el 'sí' a medidas beneficiosas para los ciudadanos, como los bonos en transportes, la mejora en las pensiones y la prohibición de cortes de suministros básicos, arrastrase a otras cuestiones muy diferentes incluidas en el mismo decreto, como la donación de un palacete en París al PNV. Si se separa y debate cada tema, advirtió la oposición, aprobaríamos algunas cosas.
La respuesta del Gobierno llegará de nuevo en el Consejo de Ministros de este martes en forma de previsible confrontación, 'sostenella y no enmendalla': el decreto previsiblemente se mantiene tal cual está y tal y como fue rechazado la pasada semana en la Cámara Baja por PP, VOX y Junts. Con lo cual, salvo que Junts cambie su estrategia gracias a las negociaciones subterráneas que se están llevando a cabo con el PSOE, el decreto volvería a ser rechazado en el Parlamento, el duelo a garrotazos seguiría y la culpa se la echaría el Gobierno al Partido Popular, como siempre. Etcétera.
Así lo indicó este lunes la vicepresidenta Yolanda Díaz, en una comparecencia en uno de los 'desayunos de Europa Press', en la que al menos seis veces culpó a los 'populares', en medio de serias acusaciones de que a la derecha no le importan los ciudadanos, de ser los responsables de que haya medidas 'beneficiosas para la gente' que no se ponen en marcha porque ellos, los del PP y Vox -del rechazo de Junts nada dicen los miembros del Gobierno, no se vaya a molestar Puigdemont-- , son los culpables, ante esta negativa a aprobar el decreto gubernamental, negativa tan perjudicial para los españoles.
Esto se entiende difícilmente, la verdad. Si las medidas son buenas para los ciudadanos -y lo son-- ¿por qué no renunciar a esta política testicular de 'aquí esto se hace porque a mí me sale de...', por qué no se trocea el decreto como mandan los buenos cánones democráticos, que prevén que la gente entienda qué se vota, y por qué no se somete cada tema a votación separada, como, por otro lado, también prescriben los usos y costumbres en las democracias más sanas?
Pues no señor: más fácil es seguir con el garrotazo y tentetieso. Hasta ahora, a Pedro Sánchez le ha salido bien la política de 'no pactos, ni siquiera diálogo', con la derecha y ha logrado salir indemne de todos los contratiempos. Tampoco parece estar saliéndole mal seguir con la táctica de repetir y repetir que, si estas cosas tan beneficiosas para usted, español de a pie, no salen adelante es por culpa del PP. Y, a partir de ahí, todos los altavoces de los que el Ejecutivo y sus próximos disponen se ponen en modo intensivo: la culpa es de la insensibilidad del PP, el PP es el culpable de que, etc.
Que no digo yo, oiga, que el PP lo esté sabiendo hacer de maravilla, aunque los últimos sondeos que leo siguen mejorando su distancia del PSOE: con el apoyo de Vox, y sin contar para nada con Junts, ahora 'las derechas', como dice Sánchez, sacarían mayoría absoluta. Eso, suponiendo que el PP y Vox se entendiesen, claro, lo que es mucho suponer. O que Feijoo logre atraer a su campo al intratable Puigdemont. Lo peor de los 'populares' es que no saben contrarrestar las campañas, muy bien orquestadas y realizadas, que se montan desde el mundo asesor de Moncloa, donde tienen la ventaja de que las 'líneas rojas' y la veracidad no suelen, hay que decirlo, ser obstáculo. Así que esperemos en las próximas horas nuevas versiones de esta campaña contra la oposición, aunque no sea más que como maniobra de distracción, máxime cuando está a punto de tener que acudir a declarar ante el Supremo el Fiscal General del Estado, que esa sí que es una patata caliente para el Gobierno en general y para su jefe en particular.
Pierda usted, por lo demás, toda esperanza en una autocrítica, venga del poder o de la oposición, que varíe el rumbo que personalmente considero equivocado que estamos siguiendo. Claro que ya nos dijo Yolanda Díaz este lunes, ilustrada por encuestas que desconozco, que "dos de cada tres ciudadanos del mundo creen que su país va en la dirección equivocada". Pues la verdad es que, con relatos como este que se hacen a cuenta del 'decreto de las pensiones', o de la (mal) llamada 'Ley Begoña' o de los viajes para ver a Puigdemont, no me extraña que, al menos aquí (del resto del mundo mundial no puedo hablar), dos de cada tres españoles crean (creamos) que 'el rumbo no es este, no es este'. Y me temo que esta mayoría tiene, tenemos, razón, o la mayor parte de ella. Siento decirlo, porque de nada nos vale tenerla o creer que la tenemos. Y la culpa, en todo caso, ya sabe: del PP..
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