“En agosto nos vemos”, la novela póstuma de Gabriel García Márquez

Quién hubiera pensado que diez años después del fallecimiento de Gabriel García Márquez podríamos volver a disfrutar de sus palabras con una obra hasta este año inédita.
Gabriel García Márquez (1927, Colombia – 2014, Ciudad de México), escritor y cronista latinoamericano, constituye una de las figuras literarias más importantes del Siglo XX y es considerado el máximo exponente del realismo mágico. Ganador del Premio Nobel de literatura en 1982, este insigne novelista y cuentista es reconocido por su enorme destreza narrativa, su originalidad y su gran poeticidad en el lenguaje.
“En agosto nos vemos” (Random House, 2024) es un reencuentro con el célebre Premio Nobel, una demostración de cómo a través de la literatura hay vidas, como la de Gabo, que trascienden los límites de la muerte.
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La novela, que cuenta con tan solo 120 páginas divididas en seis capítulos, se adentra en la vida de Ana Magdalena Bach, cuya cotidianeidad solo se ve interrumpida un día al año: el 12 de agosto. En esta fecha, todos los años, viaja a la isla donde yace enterrada su madre para llevar flores a su tumba. Con esta misteriosa premisa comienza la historia de la protagonista.
Ana Magdalena se presenta como una mujer de mediana edad, casada con un hombre al que ama, muy cultivada y con grandes inquietudes literarias. Aparentemente, se siente plenamente satisfecha con su vida y su matrimonio. Sin embargo, en la isla descubrirá un lugar lleno de posibilidades que experimentar sin estar bajo la mirada vigilante de nadie, una tierra de evasión en la que explorarse a sí misma y su sexualidad. Así, estos viajes rituales Irán transformando a Ana Magdalena y la enfrentarán a su conciencia y al sentido de su propia existencia.
Mediante un relato sencillo, García Márquez muestra cómo algunas vidas supuestamente felices se encuentran inmersas en el desasosiego de la monotonía. La novela podría considerarse un elogio a la vida y al disfrute como forma de resistencia ante el paso del tiempo. Cobra bastante importancia el deseo sexual de la protagonista, lo que algunos han interpretado como reivindicación por parte del autor de la sexualidad femenina. Sin embargo, y a pesar de toda esa atención, el lector queda con la impresión de que la novela no ha conseguido ahondar en la intimidad femenina con la profundidad de otras creaciones anteriores.
Por otro lado, se reconoce el estilo cuidado y las minuciosas descripciones de Gabo. Se puede encontrar su voz entre las páginas de “En agosto nos vemos”, a pesar de que el escritor considerase, al acabar esta novela, que había perdido la capacidad para escribir. Hay rasgos tan propios de sus relatos como la circularidad temporal y un ligero atisbo del realismo mágico, si bien no es de las novelas en las que más presente esté la fantasía. Cierto es que esta no es su obra maestra, pero es difícil juzgarla cuando dentro de la producción del autor se hallan verdaderos hitos de la literatura como “Cien años de soledad” (1967) o “Crónica de una muerte anunciada” (1981).
Ha surgido recientemente una polémica entre aquellos críticos que celebran poder leer unas últimas palabras del Premio Nobel y los que consideran que esta novela jamás debió haber sido publicada. Hay que recordar, que el propio Gabo en vida hizo explícito su rechazo a que esta obra viese la luz (“Este libro no sirve. Hay que destruirlo”). Sin embargo, los hijos del escritor, responsables de que esto haya ocurrido, declaran en el prólogo: “En un acto de traición, decidimos anteponer el placer de sus lectores a todas las demás consideraciones. Si ellos lo celebran, es posible que Gabo nos perdone”.
Con esto, queda en manos de los lectores dictaminar si Gabo debe perdonarlos. De lo que no cabe duda es de que, siendo tan querido García Márquez, multitud de admiradores de su trabajo apreciará con cariño este último regalo.