“Intermezzo”, un interludio entre dos mitades: la desesperación y las ansias por la vida

“Intermezzo” (Random House, 2024), la esperadísima novela de Sally Rooney (Castlebar, Irlanda, 1991) se publicó en nuestro país a finales del pasado mes de septiembre y ya ha generado, como era de esperar, opiniones controvertidas y, en este caso, expectativas más que superadas.
La autora del éxito juvenil “Normal People” (Random House, 2018) vuelve a lanzarse a la creación literaria con una narrativa escrita desde el punto de vista masculino, concretamente de dos hermanos, Peter e Ivan, quienes están atravesando un profundo duelo por la reciente muerte de su padre.
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Ambos protagonistas, uno un exitoso abogado y otro un joven jugador de ajedrez, mantienen una relación complicada que se ve todavía más ensombrecida tras el fallecimiento cercano y la salida a la luz de diversos conflictos del pasado resueltos en falso. Las palabras no dichas, los abrazos nunca dados y la desolación reciente crean una combinación perfecta que termina explotando de la manera más desagradable. No obstante, surgen, como una especie de mediadoras, las figuras de tres mujeres: Sylvia, Margaret y Noemi, quienes se meten de lleno en la rutina de los chicos y, al igual que ocurre en el mundo real, lidian con los problemas que conllevan los entresijos amorosos y el paso del frío y doloroso invierno en Irlanda. Todos ellos serán personajes plenamente humanos, teñidos de luces y sombras, de aciertos y culpabilidad y, en definitiva, de vida.
“Intermezzo” es una novela pausada acerca del amor y la pérdida, y Sally Rooney deleita al lector con un viaje lento en el cual se siente indudablemente identificado con los personajes, que pasan a formar parte de todo el que se acerque a esas páginas y del mundo real. Sin duda, quien ha vivido un duelo conoce cómo ese dolor condiciona cada próxima interacción, cada decisión, tiñendo de oscuro el lugar que se solía habitar y cambiándolo para siempre. Además, la autora refleja con una enorme habilidad la problemática que supone, en algunas ocasiones, querer pararse a descansar en un mundo que no parece detenerse nunca, aun cuando se desee con todas las fuerzas. A lo largo del relato, el lector no podrá sino sentirse reflejado en ese cansancio que genera el frenesí del día a día, que no deja ni un minuto para la recuperación y el llanto, y que termina haciendo de nosotros seres heridos que deben seguir comportándose como si ninguna bala hubiera atravesado dolorosamente el propio cuerpo.
La espera por la próxima obra será, sin duda, interminable, pero permitirá abrazarse una y mil veces a esta increíble historia. Resultará imposible mantenerse indiferente ante esta narrativa desnuda y natural, e indudablemente amaremos, odiaremos y pelearemos junto a los personajes de Peter e Ivan, que podríamos ser nosotros mismos, siendo justo ahí donde reside toda la magia de la novela.