Sánchez cede y rectifica
Cediendo a las exigencias del prófugo Carles Puigdemont, Pedro Sánchez rectifica y renuncia a volver a presentar el decreto "ómnibus" de medidas de heterogénea y dispar naturaleza que la oposición tumbó la semana pasada en el Congreso.
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Ahora anuncia que será troceado -ochenta medidas se reducen a treinta- y volverá a presentarlo contando esta vez con el visto bueno de Junts. Le ha salido mal el sostenido intento de endosar a Núñez Feijóo la responsabilidad de que estuviera empantanada la revalorización de las pensiones, la ayuda a los damnificados de la Dana y las bonificaciones del transporte.
Pedro Sánchez se la ha tenido que envainar pero disimula y hace como que no se siente concernido por las críticas que generan sus actos. Esa actitud -que forma parte del carácter de un desaprensivo- desespera a los políticos que dirigen el PP, que en el fondo pecan de ingenuidad al pensar que no puede ser que una y otra vez Sánchez les trolee políticamente sin que sus maniobras tengan consecuencias.
Ahora, cediendo a las presiones de Junts, acepta trocear el dichoso decreto manteniendo las disposiciones de lo que se ha dado en llamar el "escudo social". Es decir, que se aviene a rectificar pero disimulando que lo hace porque desde Waterloo Puigdemont ha conseguido que Sánchez acepte que la Mesa del Congreso (mayoría PSOE y Sumar) tramite una cuestión de confianza.
Pero la cosa tiene truco porque Sánchez ya ha dicho que el Gobierno -es decir él- no siente la necesidad de someterse a un "mecanismo constitucional que es una prerrogativa de la Presidencia del Gobierno". Debatir sí, someterse a la votación, no. Ojo, pues, al dato. Veremos en qué queda la cosa porque aunque la votación tendría un valor político indudable al ser una proposición de ley la cosa no iría más allá del plano de lo simbólico. Sánchez no da puntada sin hilo. Cede ante las exigencias de sus socios y en el PP se desesperan. No acaban de acertar con la tecla capaz inquietar de verdad a un Sánchez, que donde decía no ahora dice lo contrario pero echándole a Feijóo la culpa de las consecuencias de sus maniobras.
Veremos qué hace ahora el PP porque en este asunto Junts le ha doblado el brazo a Sánchez, pero ahora en el PP tienen que decir si votan o no el nuevo decreto. Y, según la decisión, asumir la campaña que se les vendría encima.
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