Sánchez y Puigdemont se retratan

 Sánchez y Puigdemont se retratan

Dijo que no trocearía el decreto "ómnibus" y lo ha troceado. Donde antes había 80 medidas, ahora solo hay 29, incluida la medida-trampa sobre la devolución del palacete parisino al PNV.

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Y donde dijo que bloquearía la tramitación de una cuestión de confianza parlamentaria, por topar con una competencia que le corresponde en exclusiva, ahora acepta que se tramite y se debata, como pedía Junts, aunque finalmente no se someta porque -en eso tiene razón-, es asunto personal e intransferible.

Todo ello, para asegurar la revalorización de las pensiones, las ayudas a los damnificados de Valencia y La Palma y subvencionar el transporte público. La causa lo merece. Pero, habida cuenta de que eso lo apoya también el PP, ¿no podía haberlo hecho hace unos días y nos hubiera ahorrado la tensión de estos días por cuenta del llamado "decreto ómnibus"?

Pues no, señor. Había que echar leña al fuego. Permitiendo incluso el bochornoso espectáculo de todo un Consejo de ministros en la sala de espera de Puigdemont. Hasta que el prófugo se dignase a ejercer de socorrista de Sánchez una vez más. A cambio, sobredosis de protagonismo que le rescate del aislamiento en Waterloo. Lo cual aporta evidencias suplementarias al estado de debilidad política del "Gobierno para rato" que se predica desde Moncloa (Véase el discurso de Sánchez en la rueda de prensa del martes: autocomplacencia precursora del declive).

Digo que arropar a los pensionistas en el BOE es una buena causa. Tan merecedora de un pacto de Estado como cualquiera de las que vienen encuadradas en el eslogan de "escudo social". El PP estaba y está por la labor de garantizarla por acuerdo del que gobierna con el que puede gobernar. Pero no hubo caso. El llamado Gobierno "progresista" PSOE-Sumar prefirió entenderse con Junts, que es un partido anti-Estado con interés cero en garantizar la estabilidad política.

En todo caso, tanto Sánchez como Puigdemont se retratan en el juego. Lo del prófugo es debilitar al presidente para hacerse visible, aunque eso pase por desdecirse de sus recientes amenazas de romper con el Gobierno y colapsar la legislatura. Y lo del presidente es flotar en el ejercicio del poder, aunque eso pase por seguir dejando la lleve de la gobernabilidad del Estado en manos de un enemigo del Estado, minutos después de ser humillado en sede parlamentaria por Miriam Nogueras, la voz desafinada de Junts en el el Congreso, que caracterizó a Sánchez como el jefe de una caterva de "negligentes, trileros, gandules, piratas, prepotentes, manipuladores, mentirosos, chantajistas, indecentes, traidores, incumplidores...". No pasa nada. Se aguanta lo que sea con tal de que Junts no cambie de bando (alinearse con PP y VOX) y mantenga abierta la posibilidad de apoyar los ya tardíos PGE para 2025.

Pero eso está por ver.

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