Condenados a 23 años de cárcel dos hermanos por un tiroteo en una discoteca de Torrejón

La Audiencia de Madrid ha condenado a 23 años de cárcel a dos hermanos por participar en un tiroteo en la discoteca Coco-Loco de la localidad madrileña de Torrejón de Ardoz, donde sembraron el terror en agosto de 2005 cuando tras un altercado con vigilantes dispararon contra ellos y contra clientes del local.

En una sentencia, los magistrados les consideran autores de tres delitos de tentativa de homicidio, dos de lesiones y uno de tenencia ilícita de armas, informa el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

Los disparos que iniciaron Lorenzo Javier G.V. y José Antonio G.V. tras la discusión con vigilantes de seguridad alcanzaron a estos y también a varios clientes del establecimiento que se encontraban cerca.

El tribunal concreta que fue Lorenzo Javier quien comenzó a discutir con los encargados del control de acceso a la sala por su indumentaria y aspecto toxicómano y abandonó el recinto para regresar media hora más tarde junto con José Antonio y otras personas para cumplir la promesa que dirigió a los que llamó "puertas": "Ahora vuelvo, vais a ver, vais a flipar, es la ruina, esto no se va a quedar así".

Los hermanos llegaron en dos coches que detuvieron bruscamente a la entrada del local y de uno de ellos se apeó José Antonio con un arma corta en la mano.

La sentencia aclara que ambos, junto con las personas que les acompañaban, acudieron con la intención de agredir hasta matar a los vigilantes de las puertas de seguridad implicados en el incidente.

Uno de los vigilantes, advertido, se dirigió con un palo hacia uno de los coches, momento en el que el conductor, cuya identidad se desconoce, le disparó a bocajarro en dos ocasiones con una escopeta, cuyos perdigones alcanzaron a la víctima y a dos clientes de la discoteca.

De forma simultánea, los hermanos se dirigieron a la puerta de la discoteca, donde Lorenzo intentó agarrar al portero con el que había discutido, que logró zafarse y escapar hacia el interior del local, momento en el que José Antonio disparó con un arma corta contra él al menos en cuatro ocasiones.

Los disparos alcanzaron en el pecho a otro vigilante y al portero en la pierna derecha. Los ocupantes de ambos vehículos abandonaron a continuación el lugar, deshaciéndose de las armas en la explanada del aparcamiento.

La sentencia absuelve a un tercer hermano de los condenados al no quedar suficientemente probada su participación en los hechos.