Siete años sin Stephen Hawking, el genio que enseñó a mirar el universo

Este 14 de marzo se cumplen siete años del fallecimiento de Stephen Hawking, el célebre físico teórico, astrofísico, cosmólogo y divulgador científico británico que, pese a una vida marcada por la enfermedad, logró transformar nuestra comprensión del universo. Murió a los 76 años, dejando un legado científico y humano que continúa inspirando a generaciones enteras.
Con un cociente intelectual de 160, Hawking fue considerado una de las mentes más brillantes de su tiempo. Entre 1979 y 2009, ocupó la prestigiosa cátedra Lucasiana de Matemáticas de la Universidad de Cambridge, la misma que siglos antes ostentó Isaac Newton. Su obra más conocida, Breve historia del tiempo, se convirtió en un fenómeno editorial y acercó los grandes enigmas del cosmos al gran público.
Entre sus contribuciones más importantes a la física moderna se encuentra el desarrollo, junto al matemático Roger Penrose, de los teoremas sobre las singularidades espaciotemporales en el contexto de la relatividad general. Además, Hawking formuló la revolucionaria predicción teórica de que los agujeros negros no eran completamente oscuros, sino que emitían radiación, hoy conocida como radiación de Hawking. Este hallazgo abrió un nuevo campo en la física teórica, al conectar la relatividad general con la mecánica cuántica.
En 1963, con apenas 21 años, le fue diagnosticada Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una enfermedad neurodegenerativa que acabó postrándole en una silla de ruedas y le privó del habla. Contra todo pronóstico, superó las expectativas médicas y continuó trabajando durante décadas, ayudado por sistemas tecnológicos de asistencia. Su figura, símbolo del triunfo del espíritu sobre las limitaciones físicas, se convirtió en un emblema mundial del esfuerzo intelectual.
Más allá de sus contribuciones científicas, Stephen Hawking fue un incansable divulgador del pensamiento crítico y un defensor del conocimiento accesible. Sus reflexiones abarcaron desde la posibilidad de vida extraterrestre hasta la amenaza de la Inteligencia Artificial o el futuro de la humanidad en el espacio.
Entre sus muchas frases memorables, destacan algunas que resumen su visión del mundo y de la existencia humana:
“Sólo somos una raza avanzada de monos en un planeta menor de una estrella promedio. Pero podemos entender el Universo. Eso nos hace muy especiales” o “La inteligencia es la habilidad para adaptarse a los cambios”. Con humor y profundidad, también afirmó: “La vida sería trágica si no fuera graciosa”.
Stephen Hawking no solo nos ayudó a comprender el universo, sino que nos enseñó, con su propia vida, que los límites físicos no pueden encadenar el pensamiento ni el espíritu humano.