La IA revela nuevas burbujas estelares en la Vía Láctea

Un equipo de investigadores japoneses, liderado por la Universidad Metropolitana de Osaka, ha desarrollado un modelo de aprendizaje profundo capaz de detectar con gran precisión estructuras galácticas asociadas a la formación estelar. La aplicación de Inteligencia Artificial ha permitido identificar burbujas y conchas espaciales que no se encontraban registradas en las bases de datos astronómicas existentes, proporcionando nueva información sobre la evolución de nuestra galaxia.
Los resultados del estudio, publicados en Publications of the Astronomical Society of Japan, suponen un importante avance en la comprensión de los procesos que rigen el nacimiento de las estrellas y los efectos de fenómenos violentos como las supernovas. Utilizando datos recopilados por los telescopios espaciales Spitzer y James Webb, el sistema de IA procesó y analizó miles de imágenes, localizando estructuras conocidas como burbujas de Spitzer, que se generan por la acción de estrellas de gran masa en formación.
La investigación ha sido liderada por el estudiante de posgrado Shimpei Nishimoto y el profesor Toshikazu Onishi, en colaboración con otros centros científicos de Japón. El modelo desarrollado emplea técnicas avanzadas de reconocimiento de imágenes para localizar patrones circulares y otras formas indicativas de actividad estelar. Gracias a esta tecnología, también han sido detectadas estructuras similares a conchas, cuya formación se asocia a explosiones de supernovas que dejan huellas físicas en el medio interestelar.
“Los resultados demuestran que es posible realizar investigaciones detalladas no solo sobre la formación estelar, sino también sobre los efectos de eventos explosivos en las galaxias”, declaró Nishimoto. Por su parte, el profesor Onishi expresó su confianza en que “los avances en la inteligencia artificial permitan acelerar el esclarecimiento de los mecanismos de la evolución galáctica”.
La Vía Láctea, al igual que otras galaxias, es un ecosistema complejo donde las estrellas nacen, evolucionan y mueren generando alteraciones en su entorno. Las burbujas de Spitzer, observadas en el espectro infrarrojo, son claves para entender estos procesos, ya que indican zonas donde las estrellas recién formadas emiten potentes vientos que esculpen el gas circundante.
Gracias a la aplicación de herramientas de IA, los astrónomos ahora pueden analizar volúmenes de datos cada vez mayores con una rapidez y precisión impensables hace tan solo unos años.