Madrid dedicará una vereda en los jardines de Ferraz a Sor Juana Inés de la Cruz
La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid ha aprobado este jueves la asignación del nombre ‘vereda de Sor Juana Inés de la Cruz’ a un sendero ubicado en los jardines de Ferraz, delimitados por las calles Ferraz, Irún y Profesor Martín Almagro Basch. La medida responde al deseo de rendir homenaje a esta destacada figura de la literatura en lengua española, considerada una de las grandes autoras del Siglo de Oro y precursora del pensamiento feminista en Hispanoamérica.
La propuesta fue aprobada previamente en el Pleno de la Junta Municipal del distrito de Moncloa - Aravaca el pasado 13 de marzo. El nuevo nombre reconoce el legado intelectual, espiritual y literario de Sor Juana, monja jerónima, poeta, dramaturga y mística mexicana, cuya influencia ha trascendido siglos y fronteras. El sendero elegido discurre junto al monumento dedicado a su figura, una réplica exacta de la estatua que se erige en la Ciudad de México, donada por el Claustro de Sor Juana Inés de la Cruz.
Nacida en 1648 en el Virreinato de la Nueva España, en la actual localidad mexicana de San Miguel Nepantla, Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana fue una niña prodigio que aprendió a leer y escribir a los tres años y, privada del acceso a la educación formal por su condición de mujer, se formó de manera autodidacta en la biblioteca de su abuelo. Su aguda inteligencia le permitió dominar diversas disciplinas, entre ellas teología, filosofía, astronomía y matemáticas.
Sor Juana deslumbró en la corte del virrey Antonio Sebastián de Toledo, pero consciente de las limitaciones impuestas a las mujeres de su época, ingresó al convento de las Carmelitas Descalzas en 1667 y dos años más tarde al de San Jerónimo, en la Ciudad de México, donde halló un espacio propicio para su actividad intelectual. Allí escribió poesía lírica y filosófica, teatro, ensayos y villancicos, y abordó temas como el amor, la condición de la mujer, la fe y la razón.
Entre sus obras más conocidas destacan Amor es más laberinto y Los empeños de una casa, muestra de su dominio de la dramaturgia barroca. Conocida como "la décima musa" y "el fénix de América", su figura ha sido reivindicada como símbolo de libertad, sabiduría y resistencia frente a los límites sociales de su tiempo. En 1693 abandonó la escritura y en 1695 falleció al contraer tifus mientras cuidaba a sus hermanas de convento durante una epidemia.
