El Canal de Isabel II desembalsa agua en todas sus presas para regular las crecidas por las lluvias y el deshielo

El Canal de Isabel II está llevando a cabo el desembalse de agua en las 13 presas que gestiona en la Comunidad de Madrid, como medida preventiva para regular las crecidas derivadas de las lluvias recientes y del deshielo. Se trata de una práctica habitual durante esta época del año que busca garantizar la seguridad de las infraestructuras y del cauce de los ríos, especialmente ante la posibilidad de avenidas súbitas de agua.
En la cuenca del río Alberche, la presa de La Aceña libera 6 metros cúbicos por segundo (m³/s) al río Aceña. En el río Guadalix, la presa de Pedrezuela desembalsa a 17 m³/s. En la cuenca del Guadarrama, la presa de Navalmedio descarga 1 m³/s hacia el embalse de Valmayor, a través del trasvase de Las Nieves; la de La Jarosa lo hace a 1,5 m³/s también hacia Valmayor, mientras que esta última presa desembalsa a su vez 40 m³/s al río Aulencia.
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En la cuenca del Jarama, destaca el desembalse de la presa de El Vado con un caudal de 55 m³/s. En la cuenca del Lozoya, la presa de Pinilla libera 17 m³/s hacia el embalse de Riosequillo, que a su vez desembalsa 22 m³/s hacia Puentes Viejas. Desde allí, el agua continúa su curso: Puentes Viejas libera 40 m³/s hacia El Villar, y esta presa hace lo propio al mismo ritmo hacia El Atazar, que finalmente suelta 35 m³/s al cauce del río Lozoya.
En la cuenca del Manzanares, la presa de Navacerrada desembalsa 1,5 m³/s hacia el embalse de Manzanares el Real a través del río Samburiel, mientras que Manzanares el Real libera 40 m³/s al propio río Manzanares.
El Canal de Isabel II ha informado que todos estos desembalses han sido notificados a la Confederación Hidrográfica del Tajo, organismo competente en la demarcación, así como a la Agencia de Seguridad y Emergencias Madrid 112, para coordinar cualquier actuación preventiva en caso de crecidas.
Estas actuaciones responden al cumplimiento de las normas de explotación de cada embalse, que exigen mantener un volumen libre —nivel de resguardo— para poder absorber posibles aumentos de caudal con seguridad estructural. Buena parte del agua desembalsada se redirige a otros embalses, asegurando así su aprovechamiento posterior para el abastecimiento a la población madrileña.
Más allá de su papel esencial en el suministro de agua, las presas tienen una función clave en la regulación hidráulica. Durante los meses de primavera, caracterizados por lluvias persistentes y el deshielo de la nieve acumulada en las zonas altas, esta función de laminación permite evitar inundaciones aguas abajo y preservar el estado de los cauces.
El Canal de Isabel II gestiona actualmente trece embalses en la región, cuyo estado y niveles de llenado pueden consultarse en la web de la empresa pública. Desde el ente gestor destacan que el desembalse preventivo es parte de una gestión responsable, orientada a la seguridad hidráulica, el aprovechamiento sostenible del recurso y la protección de las infraestructuras y poblaciones situadas aguas abajo.