Las tradicionales fiestas de San Isidro

San Isidro labrador, patrón de Madrid por ser su localidad natal, es quizás una de las celebraciones más importantes y esperadas por los madrileños, ya que tiene lugar en pleno auge de la primavera, el día 15 de mayo.

Este año las fiestas arrancan este viernes 11 de mayo para finalizar el mismo día de la festividad del santo labrador con un programa extensísimo que consta de todo tipo de actividades; desde teatro, música, y demás originales propuestas recogidas en la página web San Isidro 2012. Y para terminar, como es tradición no faltará el programa taurino de la Feria de San Isidro, que según sostienen algunos entendidos y apasionados en tauromaquia, es la corrida más prestigiosa a nivel internacional ya que acude la selección internacional de toreros del momento.

Sin embargo, aunque Madrid siempre ha festejado San Isidro, la celebración de su patrón ha ido variando notablemente a lo largo del tiempo, ya que en principio carecía de feria taurina, siendo ahora considerada una de sus señas de identidad.

La temporada de fiestas comenzaba en marzo y terminaba en octubre, y había dos abonos: el de otoño y el de primavera. Es decisiva la decisión que se toma en 1947, cuando se produce un cambio en el sistema de abonos y se aprovecha la festividad de San Isidro para reunir todas las corridas del mes de mayo.

De esta forma, La ‘Feria de Madrid’, que así se llamó al principio, empezó ese mismo año y fue ganando fama hasta convertirse en una de las ferias más importantes de España junto con la de Sevilla. Lo que en un principio estaba compuesto por cinco corridas, en la actualidad son 28 festejos: 24 de los cuales son corridas de toros, 2 son novilladas y 2 son rejones.

No obstante, no toda la festividad ni su historia se centra en la temática taurina, ya que incluso Francisco de Goya representaba la celebración del 15 de mayo en su lienzo ‘La ermita de San Isidro’, que deja ver una escena de lo más madrileña, como es pasar el día en la Pradera de San Isidro y las calles aledañas para merendar las populares rosquillas tontas y listas, tras la romería.

Es costumbre ir en romería a beber el ‘agua del santo’ que brota en un manantial anexo a La Ermita de San Isidro. La asociación que hay entre San Isidro y el agua es consecuencia de los milagros que le son atribuidos ya que poseía el don de serle fácil encontrarla. Dicen que el santo pudo rescatar a su hijo que había caído en un pozo, gracias a su oración, pues las aguas de un pozo subieron.