Monedero, al tacto
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No me extraña el estado de perplejidad que ha supuesto a los seguidores de la progresía verde, feminista, inclusiva, antitaurina, plurinacional y descolonizadora, o simplemente a quienes tienen interiorizado el salmo de la "superioridad moral de la izquierda", la faceta rijosa de Juan Carlos Monedero.
Hablamos de, uno de los agitadores del movimiento del 15-M ("No nos representan"). En aquel caldo de cultivo socio-político nació Podemos, creció primero y decreció después, un partido fundado por un grupo de profetas, ya venido a menos, en el que estaban, entre otros, Iñigo Errejón y el citado Juan Carlos Monedero. Ambos son de reciente ingreso en la orla machista de a la izquierda a la izquierda del PSOE, partida en dos, que ahora cursa en los circuitos políticos y mediáticos como un colectivo secuestrado por el estupor.
Eso ocurre cuando la testosterona desborda por lo privado la ejemplaridad exigida por lo público a quienes ocupan posiciones de poder, o simplemente de representación. Con más razón si tal pecado de la condición humana resulta ajeno a los usos y costumbres de la derecha reaccionaria en los planos socio-políticos y farisea en los morales. No es el caso. Pero tampoco eso -apremios hormonales de un hombre propenso a los tocamientos furtivos- es lo peor.
Lo peor de todo es que la superestructura de la organización izquierdista liderada por Ione Belarra, según todos los indicios, puso en marcha un silenciador a las denuncias recibidas en la secretaria de Feminismo de Podemos. Y, como en el caso del exministro Ábalos (inexplicada y repentina caída en desgracia dentro del PSOE), Monedero fue inesperadamente cesado como presidente de la Fundación del partido (Instituto República y Democracia), apenas cuarenta y ocho horas después (14 septiembre 2023) de haberse recibido en el partido el correo electrónico de una mujer denunciado presuntas agresiones sexuales cometidas por el personaje que nos ocupa. Ahora también se ha sabido que la Universidad Complutense de Madrid tiene activado un protocolo de actuación por un caso de acoso sexual denunciado por una alumna.
¿Un depredador de becarias en el partido y de alumnas donde Monedero ejerce como profesor de Ciencias Políticas? Demasiado para las tragaderas de un partido harto de dar lecciones de feminismo. Especialmente en un momento políticamente delicado para Podemos, metido de hoz y coz en la tarea de disputar con Sumar por un mismo caladero de votos.
A la espera de ver como evoluciona el caso (por ahora, sin judicializar) ya sabemos que en Podemos se aferran al salmo de que el machismo es abominable, salvo que esté perpetrado por un compañero de partido. Entonces lo que se impone es el silenciador.
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