Desmantelan el mayor taller de monedas falsas en España y Europa

Una operación conjunta entre la Policía Nacional, los Mossos d'Esquadra y Europol ha culminado con la desarticulación del principal taller de fabricación de monedas falsas de dos euros en España y uno de los más significativos de Europa en la última década. La investigación, que comenzó en 2018, ha resultado en la detención de diez individuos, todos de origen chino, tres de los cuales ya se encuentran en prisión.
Los agentes han intervenido un total de 100.000 monedas falsificadas en el mercado español y cerca de 400.000 en el resto de Europa, todas de dos euros y de alta calidad. La operación, que aún está en curso, ha revelado la existencia de una "macro organización" altamente especializada y hermética, que evitaba la simultaneidad en la fabricación y distribución de las monedas para reducir el riesgo de ser descubiertos.
El inspector José María Jiménez, de la Brigada de Investigaciones del Banco de España, destacó las extremas dificultades enfrentadas durante la investigación, incluyendo el carácter clandestino de las operaciones de la organización. Las instalaciones usadas contaban con conexiones ilegales al suministro eléctrico y operaban con un bajo nivel de ruido, produciendo hasta 900 monedas diarias.
La operación se intensificó con la incautación de 14.500 monedas en un vehículo durante un control vial en Madrid en marzo de 2024. Esto llevó a la localización de una nave industrial en Villacañas, Toledo, identificada como uno de los lugares de producción. Un registro posterior reveló la presencia de múltiples troqueles y prensas hidráulicas utilizadas para la acuñación de las monedas, así como 29.000 núcleos y otros materiales relacionados con la falsificación.
En Badalona, otro taller fue identificado donde se estimaba que se podrían haber producido hasta 80.000 monedas. Sergi Sánchez, jefe de la Unidad de Falsificación de los Mossos d'Esquadra, indicó que estas monedas no solo se blanqueaban en salones recreativos, sino que también se vendían a pequeños comerciantes de zonas turísticas de Barcelona a 80 céntimos cada una.
La complejidad y la extensión de esta red de falsificación subrayan la importancia de la cooperación internacional en la lucha contra el crimen organizado y el fraude monetario.
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