El SMI rompe el tablero

 El SMI rompe el tablero

Es desalentador comprobar una y otra vez que las sesiones de control al Gobierno no pasan de ser un producto mediático de muy escasa calidad.

Digo mediático y no político, porque el destino de las intervenciones es exclusivamente el de triunfar, para bien o para mal, en los medios de comunicación y las redes sociales.

La indeseable consecuencia es que las sesiones son malversadoras de su función, que es de seguimiento y control de lo que hace o deja de hacer el Gobierno. Al final, los titulares y las tertulias de radio y televisión solo cuentan las pedradas verbales que se intercambian los primeros actores de la política nacional.

Así hemos sabido esta semana de la comparación que el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hace de la línea política del PP con el fraude de las criptomonedas de Milei en Argentina. Y que, por su parte, Núñez Feijóo acusa al Gobierno de "saquear a los trabajadores", en alusión al impuesto sobre la renta (IRPF) que a partir de ahora pagarán los 2,7 millones de trabajadores perceptores del salario mínimo (SMI).

Pero el latigazo contra Feijóo (política fraudulenta del PP) le sirvió a Sánchez para distraernos del tema de fondo: ¿cómo se las va arreglar el Gobierno para superar la fractura interna que enfrenta a sus socios (PSOE y Sumar), precisamente por cuenta de la contribución fiscal de los trabajadores peor situados en la pirámide salarial?.

Esa fractura ha generado un alineamiento inesperado de una parte del Gobierno con buena parte del arco parlamentario de la oposición. Nadie hubiera imaginado la coincidencia de Sumar y el PP en rechazar que los perceptores del SMI se retraten en el IRPF.

Era lógico que sus señorías orientasen sus preguntas orales a un asunto de mayor cuantía que, además de suscitar un debate de fondo sobre cómo conjugar conciencia fiscal (obligación de contribuir en la medida de las posibilidades económicas de cada quien) con justicia social (umbral mínimo salarial), genera un nuevo elemento de incertidumbre en el mantra socialista de que "hay gobierno para rato".

Además de Sumar, el otro partido que se ha unido a la cordada "social" por un SMI libre de impuestos es Podemos, también a la izquierda del PSOE aunque ya fuera del Gobierno. Y es el caso que ambos, los de Yolanda Díaz y los de Ione Belarra, compiten por el mismo caladero de votos.

¿Podría esa rivalidad ser un nuevo acelerador del fin prematuro de la legislatura? De ninguna manera, en el caso de Sumar, que cotiza a la baja en las encuestas. Pero sí podría ser en el caso de Podemos, que necesita confrontar con Sumar para rehacerse como partido a la izquierda del PSOE y, llegado el caso, eso sería más fácil con Feijóo en La Moncloa. Solo es una hipótesis.

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