Una mina de efectos retardados
Es un sarcasmo, pero la renovada alianza del PP valenciano con VOX para aprobar los presupuestos de la comunidad sirve en bandeja a Pedro Sánchez el guion para acusar de xenófobo al partido que dirige Alberto Núñez Feijóo.
Lo viene haciendo en todos los mítines en los que participa hablando del "pacto del Ventorro" -en alusión a la prologada ausencia de Carlos Mazón en la fatídica tarde el 29 de octubre.
Los tiempos juegan un papel importante en política. Cuando Junts, partido que no oculta su discurso xenófobo, había arrancado a Pedro Sánchez la concesión a Cataluña de las competencias en materia de política de inmigración y fronteras dando pie a un repudio casi transversal por parte del resto de fuerzas parlamentarias -incluido Sumar, socio gubernamental-, el anuncio por parte de Mazón de su pacto con Vox, otro partido que no oculta sus proclamas xenófobas, le da verosimilitud a los jesuíticos dicterios del Presidente del Gobierno. Es un argumento tramposo: critica en el adversario aquello que él mismo practica pero da igual porque cala en la parroquia que le aplaude.
Pero sabiendo qué "Mazón, dimisión" viene siendo la banda sonora de las calles de Valencia desde que se produjo la tragedia de la dana, que el más que cuestionado presidente de la Generalitat haya vuelto pactar con Vox no tiene mucho sentido. Cuesta creer que Nuñez Feijóo y sus colaboradores más cercanos -Esteban González Pons es valenciano- no hayan calibrado el tamaño de la rémora política que supone mantener a Mazón dejándole, además, que actuara por libre guiado a lo que parece por un afán de autoprotección frente a posibles escenario judiciales derivados de su penosa actuación durante las primeras horas de la riada.
La renovada alianza del PP valenciano con Vox le sirve a Sánchez para seguir estigmatizando a la derecha ante una parroquia que mira para otro lado en relación con sus pactos con Puigdemont. Pero los hechos son tenaces y en términos políticos la permanencia de Carlos Mazón al frente de la Generalitat Valenciana es una mina de efectos retardados que le explotará al Partido Popular también en el escenario nacional.
