El cardenal Cobo pide un pacto de Estado por la migración y alerta contra las respuestas políticas “a corto plazo”

El cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, ha instado este miércoles a todos los partidos políticos a alcanzar un pacto de Estado sobre migración que ponga fin a las medidas parciales y cortoplacistas con las que se viene abordando esta realidad en España. “La migración no va a ser un problema puntual”, ha advertido durante un desayuno informativo organizado por La Razón, en el que ha señalado la necesidad de dejar atrás los “parches” y promover una estrategia nacional y europea que regule y acoja con humanidad a quienes huyen de situaciones extremas.
Cobo ha subrayado que en la ribera sur del Mediterráneo viven más de 22 millones de jóvenes que, ante la falta de oportunidades en sus países, seguirán mirando a Europa como vía de salida. A la vez, ha recordado que en el continente existen necesidades estructurales como la falta de siete millones de trabajadores, lo que convierte la migración en una cuestión de futuro que requiere respuesta política con altura de miras. “No se pueden poner puertas al campo”, ha afirmado, pidiendo una “brizna de humanidad” en el debate público.
En su intervención, el arzobispo ha denunciado la contradicción de mantener a miles de inmigrantes “sin papeles” sin poder regularizar su situación laboral, mientras realizan trabajos esenciales como el cuidado de mayores, la atención infantil o reformas domésticas. Ha afirmado que el actual marco impide su contratación formal, lo que conduce a una economía sumergida que perjudica a todos.
Sobre la acogida de menores migrantes no acompañados, Cobo ha pedido escuchar sus historias personales y no deshumanizar la cuestión. “Hay padres que sortean a qué niño mandar a Europa porque saben que el resto van a morir”, ha declarado, criticando las respuestas basadas en la restricción y el rechazo.
El cardenal también ha abordado la cuestión de los abusos sexuales, reconociendo la responsabilidad de la Iglesia en purgar los casos ocurridos en su interior, pero alertando de que el mayor número de abusos se producen dentro del entorno familiar. En este sentido, ha explicado que el Programa Repara, impulsado por la Archidiócesis de Madrid, está “desbordado” ante la magnitud de casos de abuso intrafamiliar, ámbito que ha calificado como “la zona común de la casa”.
Cobo ha hecho un llamamiento a no perder la perspectiva y a atender también estos entornos donde se acumula “una basura” que a menudo queda oculta a la opinión pública.
Durante el encuentro, el arzobispo ha esbozado una radiografía preocupante de la situación social en Madrid y en el resto de España. Ha señalado la polarización política, la soledad no deseada, la crisis de salud mental, el aumento del suicidio juvenil, la falta de vivienda asequible y el avance de la pobreza como signos de una sociedad herida y necesitada de esperanza. “Madrid esconde no sólo poblados, sino dramas de pobreza dentro de la ciudad que no son conocidos”, ha denunciado.
Asimismo, ha reafirmado el valor insustituible de la familia y ha expresado su rechazo al aborto, al que se ha referido como “una desgracia” contra la que es necesario fomentar una “cultura que genere vida”.
Cobo también ha compartido una de las experiencias más duras vividas como párroco, cuando tuvo que acoger a un niño cuya madre había sido asesinada por su padre. En ese momento trágico, el pequeño expresó su dolor rezando por ambos progenitores, reconociendo que Dios es “más bueno que nosotros” y que, por tanto, podía comprender incluso al padre autor del crimen. Un testimonio que el arzobispo ha recordado como ejemplo de fe y de perdón ante el sufrimiento más hondo.
Preguntado por el estado de salud del Papa Francisco, Cobo ha confirmado que el Santo Padre “va progresivamente recuperando la salud y la movilidad” y continúa al frente del gobierno de la Iglesia. Ha respaldado además la posibilidad de que un pontífice renuncie si considera que no puede seguir desempeñando sus funciones, como ya expresó el propio Francisco, quien afirmó que renunciaría si sus colaboradores le advirtieran de una pérdida de capacidad.