Alcalá de Henares refuerza el control de la oruga procesionaria en parques y jardines

Alcalá de Henares refuerza el control de la oruga procesionaria en parques y jardines

El Ayuntamiento de Alcalá de Henares ha intensificado los trabajos de control de la oruga procesionaria en los espacios verdes de la ciudad, aplicando endoterapia en 675 ejemplares y eliminando 900 nidos para reducir su proliferación.

Esta especie puede suponer un riesgo para la salud de las personas y los animales debido a los pelos urticantes que recubren su cuerpo.

El concejal de Medio Ambiente, Vicente Pérez, ha hecho un llamamiento a la precaución, destacando que estas orugas "se identifican fácilmente, miden entre 2 y 4 centímetros de largo y se desplazan en fila India, razón por la cual se les conoce como procesionarias".

Tratamientos preventivos en otoño

Para frenar la expansión de la oruga procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa), durante el otoño se han realizado 675 tratamientos de endoterapia, un método que consiste en la aplicación de inyecciones en los troncos de los árboles para erradicar la plaga. Esta técnica es altamente efectiva, pero debe ejecutarse con precaución para evitar daños en los árboles.

El municipio cuenta con un inventario de 3.931 pinos y 580 cedros, especies en las que suelen aparecer los característicos bolsones blancos que albergan las larvas. En el caso de árboles de menor altura, se ha procedido a la retirada manual de 890 nidos durante la presente campaña.

Las actuaciones se han focalizado en áreas sensibles como zonas infantiles, plazas con bancos y espacios habilitados para perros, donde el contacto con estas orugas puede representar un peligro. En fases avanzadas del ciclo de vida de la procesionaria, cuando las larvas comienzan a descender al suelo, los tratamientos en los árboles dejan de ser efectivos, aunque los bolsones vacíos continúan siendo visibles.

Los gorriones como aliados naturales

El Ayuntamiento también ha apostado por el fomento de depredadores naturales, como el gorrión, una de las especies que contribuyen a controlar la población de procesionarias. El cambio climático ha alterado el ciclo biológico de estas orugas, adelantando su actividad desde marzo o abril a febrero debido a los inviernos más cálidos.

Para evitar riesgos, se recomienda evitar las zonas con pinos, abetos o cedros, ya que los pelos urticantes pueden quedar suspendidos en el aire y provocar reacciones alérgicas o síntomas respiratorios. Asimismo, se aconseja mantener a las mascotas con Correa y supervisar su comportamiento en áreas donde puedan entrar en contacto con la plaga.

En caso de exposición, es fundamental actuar con rapidez. Dado que la toxina es termolábil, se recomienda lavar la zona afectada con agua templada y acudir a un médico o veterinario en caso de síntomas graves.

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