Nynphomaniac, vol. 1 y 2

Tras acometer con la fuerza del golpe en los genitales al mismo Anticristo de lo femenino, y declarar la poesía del apocalipsis con la fatalidad de la conciencia humana, ahora, Lars von Trier nos acerca a la exageración de la pesca sexual en Nynphomaniac. En el que los hombres se convierten en los cebos pervertidos del comportamiento de una joven desatada. Complejidad en dos volúmenes cuasi freudianos, sobre la histeria femenina tratada cinematográficamente tête à tête, entre Charlotte Gainsbourg y Stellan Skarsgård.

Descubrir el complicado mundo cinematográfico del director danés, sin duda, es "experimentar" con un método artístico interpretado por otras leyes individuales, rayanas en la enfermad o la adicción. Un territorio común a la exageración y extravagancia sexual, como un particular universo al borde del colapso. Un microcosmos generado en la sexual X.

Las desviaciones del comportamiento (sobre todo sexual) son el paradigma de las vidas encerradas en cuatro paredes, vendas entre ojos emparejados o familiares. Y los actores que osan embarcarse en estas vidas marginadas o marginales, se enfrentan a un reto de gran envergadura, sino que se lo pregunten a la Nynphomaniac de este complejo personaje de Joe. La diferente visión de una mujer con sus misteriosas obsesiones culturales, y sus trastornos o diferencias físicas con los hombres. Quizás un amor platónico en la figura Paterna.

Por tanto, Lars von Trier evidencia (en este desigual filme dividido en su todo) que el género masculino, también tiene sus propias desviaciones o perversiones, produciendo la repulsa o la atracción en la figura de Joe, interpretado por Charlotte. Y, en el espectador por supuesto.

Su forma de montaje requiere de una profundidad de la psicología humana, muy por encima del acostumbrado en el consumidor medio de películas. Para ello, divide el largometraje ya de por sí extenso, en dos volúmenes o episodios de la vida de una joven, descubriendo la sexualidad en la primera, y después la desviación en la edad madura. Aquí su elección se corresponde con una mentalidad más acorde con la experimentación, del placer y el dolor. Sin duda, la parte más controvertida y difícil de comprender para las conciencias más ortodoxas.

En este mundo de depravación y orientaciones fuera de los límites, Lars vuelve a contar con algunos de los rostros característicos en sus películas, como Willem Dafoe, Jens Albinus, Jean-Marc Barr, un pequeño papel para su prolífico Udo Kier o los propios Gainsbourg y Skarsgård. E introduce a este submundo de sensaciones extremas a Shia LaBeouf, Christian Slater, Jamie Bell, Uma Thurman o Connie Nielsen. Con nombres que empiezan a sonar como Sophie Kennedy Clark, el descubrimiento de Stacy Martin y la joven Ananya Berg. Sin duda, en la juventud estará una nueva generación prometedora de actrices.

Médicamente, la ninfomanía es considerada un trastorno por consumo excesivo de medicamentos o la ingesta de drogas, caso descartado en el personaje de Joe. Aunque la causa originaria es desconocida por los especialistas. También se escuda en la bipolaridad del individuo, dando lugar a hipersexualidad y consumo de alcohol o sustancias adictivas. Por tanto, existe cierta reciprocidad en ambas actitudes.

La teoría más común para explicar este exceso de sexualidad es, por tanto, la adicción y el comportamiento obsesivo. Pero los sexólogos no han llegado aún a un consenso. Otras alternativas como, por ejemplo, la bipolaridad y la contemplación visual o exceso de testosterona en individuos sanos son más cercanos a la experiencia que acompaña a la protagonista. Emerge la ocultación o disimulación hasta llegar a una imagen de timidez o de cerrazón con los otros personajes, sobre todo, el de Stellan Skargard. No es posible comentar nada más, para no desentrañar la historia.

Prefiero en este momento, tratar el comentario del complicado guion con la siguiente descripción, más por ser una amante de la poesía que de acometer el reto:

 

Nacer mirando al cielo, encapsulado,

Viajar a lomos de nubes y olores,

Lapsos de pasión, convertidos en idilio,

Platónico, húmedo, sabor a sexo.

Cuando, jóvenes descubrimos el juego.

La sensación de un tren desbocado,

filmado a cámara lenta, con fuerza,

traqueteo en el sabor de sus jugos,

placer por arribar a la meta.

Lars el danés errante, se esmera,

En la retaguardia mirando al frente,

poniendo cruces en la mente,

de la perversa juventud, postrera.

Volumen 1 *** Interesante***

 

Von Trier, y varones que vejan,

la mirada de la mujer madura,

de perversión pasó a enferma,

su rebelión y provocación desean.

De tierno volumen, se transforma

al Dos indómito y salvaje, deforma.

De trenes de mercancías,

a amor sin frenos.

De poesía,

a terrenal infierno.

De niña en transgresión,

al consumo de la vida.

De la frugal rebeldía,

al sufrimiento.

De la fe baldía,

a golpe sangriento.

La niña dejó atrás sus reglas,

y el danés su medido tiempo.

Joe no da tregua, el film descabalga,

de la perversión del todo a la nada.

Volumen 2 ** Regular **