CGPJ: Mejora el clima
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No es verdad que en el nuevo Consejo General del Poder Judicial sigan pintando bastos. Las decisiones por unanimidad siguen estando muy caras.
Pero los consensos van siendo más alcanzables (las mayorías requieren al menos 13 de los veinte vocales). La presidenta, Isabel Perelló, se esmera en impedir que la cizaña política contamine a la Judicatura.
A este respecto, recordar el turbulento pasado del órgano de gobierno de los jueces debería ser motivo suficiente para celebrar los treinta y seis nombramientos judiciales que se sustanciaron por unanimidad en el pleno de esta institución el pasado miércoles. A la vista de los antecedentes, hay motivos más que sobrados para alegrarse del consenso se haya alcanzado en un clima de discreta concordia entre los diez vocales del bloque llamado progresista y los diez del bloque llamado conservador.
Pongo el énfasis en lo de "llamado" porque el espíritu de pertenencia a este cuerpo de servidores del Estado tiende a imponerse sobre la etiqueta ideológica que se les cuelga individualmente. Un sesgo que se hace más verificable desde que Isabel Perelló (Barcelona, 1958, etiquetada de "progresista") accedió a principios de septiembre a la presidencia del Tribunal Supremo y del CGPJ.
Me consta que ha jugado un meritorio papel en el acercamiento de las dos sensibilidades para desatascar el problema de las 126 vacantes pendientes de cubrir a causa de los cinco años de bloqueo parlamentario que impedía la renovación del CGPJ por el irresponsable desencuentro PSOE-PP.
Isabel Perelló pidió encarecidamente a los cuatro negociadores (dos y dos) que aparcasen su teórica marca ideológica y acometieran con discreción y voluntad de acuerdo tanto el problema de los nombramientos pendientes como el del sistema de elección de los doce vocales procedentes de la Judicatura:
En cuanto a lo primero, vamos avanzando: ya hay treinta y seis, aunque se aparcan los espinosos nombramientos para las presidencias de cuatro salas vacantes del TS (cuatro de cinco), así como la presidencia de la Audiencia Nacional. Y si no se ha avanzado más es porque el largo brazo del Gobierno, cuya cara visible en el tema es el Ministro Bolaños, ha frenado los principios de acuerdo que se estaban manejando.
Para las presidencias de sala del TS ahora la excusa es la ley de paridad (al menos dos mujeres en dos de las cinco salas). Y en cuanto a la extracción de los doce vocales-jueces (solo parlamentaria, solo judicial o mixta), no ha prosperado la solución a la que habían llegado los negociadores: ocho vocales elegidos solo por jueces y cuatro vocales elegidos por las Cortes (Congreso y Senado). En el PSOE y en el bloque progresista sigue siendo mayoritaria La Resistencia a modificar el actual sistema (los doce de extracción parlamentaria). Las negociaciones continúan.
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