Un estudio revela que la inactividad física acelera el deterioro cognitivo y eleva el riesgo de Alzheimer

Un equipo de investigadores de la Universidad de Misuri (EEUU) ha identificado cambios específicos en el cerebro tras solo diez días de inactividad física, vinculándolos con el deterioro cognitivo y un mayor riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas.
El estudio, publicado en la revista Journal of Applied Physiology, revela que la falta de ejercicio provoca resistencia a la insulina y un aumento de especies reactivas de oxígeno en el hipocampo, una región clave del cerebro para la memoria y el aprendizaje. Además, se detectaron elevaciones en los niveles de proteínas asociadas al Alzheimer, una enfermedad irreversible que se ha convertido en una de las principales causas de muerte en adultos mayores.
"Si comparamos la década de 1940 con la actualidad, la esperanza de vida ha aumentado, pero la tasa de diabetes tipo 2 se ha disparado", explica Frank Booth, profesor de la Universidad de Misuri y autor principal del estudio. "La inactividad física ya se ha relacionado con La Resistencia a la insulina en el cuerpo, y ahora estamos descubriendo cómo también afecta al cerebro".
Ejercicio y prevención del Alzheimer
Booth subraya la importancia de mantenerse activo desde edades tempranas, ya que los primeros cambios neurológicos vinculados al Alzheimer pueden empezar a manifestarse entre los 40 y 50 años, aunque el diagnóstico suele llegar después de los 65. "Si desarrollas hábitos saludables a tiempo, tu cerebro te lo agradecerá en el futuro", destaca.
El investigador también recuerda que los mayores beneficios para la salud se observan en quienes pasan de no hacer ejercicio a practicarlo de forma regular, más aún que en quienes incrementan su nivel de actividad.
Un legado en la investigación
El estudio ha contado con la colaboración de Nathan Kerr, antiguo alumno de Booth y ahora investigador en el laboratorio de W. David Arnold en la iniciativa NextGen Precision Health. Kerr destaca la influencia de su mentor en su carrera científica: "Frank no solo aportó conocimiento a mi doctorado, sino que me enseñó a luchar por lo que considero importante".
Con más de 170 publicaciones científicas y casi 8 millones de dólares en financiación obtenida a lo largo de su carrera, Booth ha sido una pieza clave en el crecimiento de la investigación en la Universidad de Misuri, contribuyendo a que la institución encadene diez años consecutivos de aumento en sus gastos de investigación.
Este hallazgo refuerza la importancia del ejercicio no solo para la salud física, sino también para preservar la función cerebral y reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas.