Las principales asociaciones militares piden un pacto de Estado para garantizar salarios dignos
El Ministerio de Defensa anunció recientemente una inversión de 400 millones de euros destinada al aumento de las retribuciones de los miembros de las Fuerzas Armadas. No obstante, las asociaciones militares consideran que esta cantidad es claramente insuficiente y no aborda de forma estructural las deficiencias acumuladas del sistema retributivo militar.
“Desde hace décadas, los militares solicitamos reiteradamente una dignificación de las retribuciones a semejanza de otros cuerpos que desempeñan funciones similares en términos de responsabilidad y exigencia”, han recordado.
Las asociaciones han insistido en que este es el momento adecuado para actuar, especialmente ahora que se prevé un incremento significativo del presupuesto en materia de defensa. Han defendido que una parte de esa inversión debe destinarse de forma prioritaria a corregir los desequilibrios salariales que sufren quienes sirven en las Fuerzas Armadas, y que este compromiso debe ser duradero y estable en el tiempo.
ASFASPRO, AUME y UMT coinciden en que mejorar las condiciones económicas es la única vía realista para hacer de la carrera militar una opción atractiva y viable para los jóvenes, al tiempo que permitiría retener profesionales cualificados dentro de las filas. “La defensa nacional no se sostiene únicamente con tecnología o armamento; requiere personas formadas, motivadas y con expectativas de desarrollo profesional y familiar”, han afirmado.
Han señalado, además, que el personal de las Fuerzas Armadas desempeña una función esencial en la vida institucional del país, con una disponibilidad permanente y sometido a unas exigencias físicas, operativas y disciplinarias únicas. Por ello, consideran que el reconocimiento debe ser también proporcional en términos salariales.
Las asociaciones han hecho un llamamiento al conjunto de las fuerzas políticas para alcanzar un pacto de Estado que sitúe la retribución de los militares fuera del debate ideológico y de las decisiones coyunturales. Han defendido que el reconocimiento a quienes visten el uniforme debe estar a la altura del sacrificio y la entrega que exige la profesión militar, y que dotar al Ejército de condiciones dignas es una obligación moral y política para cualquier sociedad que aspire a su estabilidad y seguridad.
