Basílica de Jesús de Medinaceli

Madrid, la ciudad que nunca duerme, alberga en su corazón un tesoro sagrado: la Basílica de Jesús de Medinaceli. Un edificio de arquitectura barroca e historia secular, cuya monumental fachada da la bienvenida a miles de visitantes cada año, tanto locales como extranjeros.
La Basílica, construida sobre el antiguo convento de trinitarios descalzos de Nuestra Señora de la Encarnación, fue fundada el 7 de abril de 1606 por Francisco Gómez de Sandoval, duque de Lerma y valido de Felipe III. Sin embargo, el convento fue rápidamente asociado con el nombre de Jesús Nazareno debido a la preciada imagen de Jesús que albergaba, que había sido rescatada por los trinitarios de su cautiverio en Fez en 1682.
Un renacimiento desde las cenizas
Durante la Guerra de la Independencia, el edificio sufrió una devastación casi total, lo que obligó a su reedificación durante el reinado de Fernando VII. En 1836, antes de concluir su reconstrucción, el convento fue desamortizado, quedando en desuso hasta 1843, cuando fue devuelto a los duques de Medinaceli. Posteriormente, fue cedido a las monjas del Caballero de Gracia y, en 1890, se convirtió en el hogar de la comunidad de capuchinos tras la demolición del convento de San Antonio del Prado.
No fue hasta 1922 cuando el edificio fue nuevamente demolido debido a su amenazante ruina. En 1927, la actual iglesia de Jesús de Medinaceli comenzó a ser construida, terminándose en 1930 gracias a los esfuerzos del arquitecto Jesús Carrasco-Muñoz Encina.
Un nuevo estatus y una nueva imagen
La iglesia fue consagrada el 21 de noviembre de 1930 por el obispo de Madrid, Leopoldo Eijo Garay. Posteriormente, fue erigida en parroquia el 26 de enero de 1966 por el obispo Casimiro Morcillo, y el 1 de septiembre de 1973, el Papa Pablo VI elevó el templo a Basílica menor.
La nueva Basílica de Jesús de Medinaceli se destaca por su arquitectura de cruz latina con tres naves. En la parte alta del presbiterio se encuentra el camarín donde se venera la famosa imagen del Cristo de Medinaceli.
Una obra de arte impregnada de historia
La imagen del Cristo de Medinaceli es una pieza inigualable de la primera mitad del siglo XVII. Con sus 1,73 metros de altura, fue tallada en Sevilla, explicando su iconografía correspondiente a los Cristos "de la Sentencia". Esta imagen fue llevada por los capuchinos a Mámora (Marruecos) para el culto de los soldados españoles y, en 1681, cayó prisionera de los moros.
Sin embargo, los trinitarios lograron rescatarla, llevándola a Madrid en el verano de 1682. Desde su llegada, su fama de milagrosa la ha convertido en el centro de la devoción de los madrileños.
Hoy en día, la Basílica del Cristo de Medinaceli es uno de los lugares más visitados en la geografía de las devociones religiosas.
La historia de la Basílica de Jesús de Medinaceli y su sagrada imagen es un testimonio de la fe inquebrantable, la resiliencia y la devoción que han moldeado la historia de Madrid. A través de los siglos, la Basílica ha sido, y sigue siendo, un faro de luz y esperanza para aquellos que buscan consuelo en la fe.
La imagen es espectacular y representa el momento preciso antes de la crucifixión, reflejando el dolor y el sufrimiento de Cristo. La escultura del Cristo de Medinaceli es considerada una obra maestra del arte español y es venerada por miles de devotos cada año, especialmente durante la Semana Santa. La imagen se encuentra en un altar especial en la Basílica y es uno de los puntos focales de las celebraciones religiosas de la ciudad.
La procesión del Viernes Santo es uno de los momentos culminantes de la Semana Santa en Madrid. Durante la procesión, la imagen del Cristo de Medinaceli es llevada por las calles de la ciudad, seguida por miles de fieles. La procesión es organizada por la "Archicofradía Primaria nacional de la Real e Ilustre Esclavitud de Nuestro Padre Jesús Nazareno", y es un evento espectacular que atrae a grandes multitudes cada año.
Los viernes son considerados días especiales para venerar la imagen. La Iglesia recuerda en ese día la Pasión y muerte de Cristo, y desde sus inicios, los madrileños han acudido en gran número a reconciliarse con Dios, participar en la Eucaristía y besar el pie de la imagen.
En definitiva, la Basílica de Jesús de Medinaceli es un lugar de gran importancia religiosa y cultural en Madrid. Con su rica historia y su impresionante arquitectura, es un lugar de peregrinación para los fieles y un destino imprescindible para los amantes del arte y la historia.
A través de los siglos, la Basílica y la venerada imagen del Cristo de Medinaceli han resistido guerras, saqueos y la devastación del tiempo, pero siguen siendo una fuente de inspiración, consuelo y fe para los fieles. Y así, mientras las campanas de la Basílica sigan sonando, seguirá siendo un testimonio de la devoción y la fe de los madrileños, que año tras año, siguen visitando este sagrado lugar para rezar, reflexionar y buscar la paz.
El besapiés del Cristo de Medinaceli
Se trata de una tradición profundamente arraigada que atrae a fieles de toda la región y más allá. El Besapiés del Cristo de Medinaceli es una ceremonia religiosa que tiene lugar el primer viernes de marzo de cada año en la Basílica.
El origen de este rito es un tanto enigmático y aventurado, ganando el Cristo de Medinaceli su apodo de "Cristo Viajero" por las numerosas peregrinaciones y avatares que atravesó la imagen. A pesar de las incertidumbres sobre sus inicios, se sabe que el Besapiés se estableció como una tradición sólida a partir de 1939, cuando la imagen se asentó en la Basílica de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli. De hecho, existen fotografías de 1919 que muestran a devotos haciendo fila para venerar la imagen.
En este rito, la Basílica abre sus puertas justo al inicio del día, a las 00:00 horas, para dar la bienvenida a los fieles que esperan su turno para venerar la imagen de Jesús de Medinaceli. La iglesia permanecerá abierta durante las siguientes 24 horas, o hasta que el último fiel en la fila haya tenido su momento frente al Cristo. Al llegar a la imagen, cada devoto besa sus pies y formula tres deseos, de los cuales, según la tradición, se concederá uno.
El Besapiés del Cristo de Medinaceli no es solo una devoción popular, sino que también atrae a la nobleza española. Como parte de esta venerada tradición, un miembro de La Familia Real acude cada año al acto para ofrecer una oración frente a la imagen de Jesús de Medinaceli.
Uno de los aspectos más curiosos de esta tradición es la ubicación de la Basílica de Jesús de Medinaceli. Situada cerca del famoso Museo del Prado y del elegante Hotel Palace, es común que la larga fila de devotos se extienda hasta la estación de Atocha. Sin duda, esta es una muestra más del fervor y la devoción que el Cristo de Medinaceli despierta en Madrid.
Ubicación y cómo llegar
La Basílica de Jesús de Medinaceli se encuentra en una ubicación muy accesible, en la Plaza de Jesús, 2, 28014 Madrid, España.
Para llegar allí, puedes usar varios medios de transporte. Por un lado, la EMT tiene diversas líneas de autobús que paran cerca, concretamente en la Plaza Canovas del Castillo: las líneas 10, 14, 27, 34, 37 y 45.
En cuanto al metro, las estaciones más cercanas son Banco de España y Sevilla (Línea 2), Sol (Líneas 1, 2 y 3), Antón Martín (Línea 1) y Atocha (Línea 1).
Además, si prefieres el tren, las estaciones de cercanías de Atocha y Sol están también muy cerca.
De esta manera, tienes numerosas opciones para llegar hasta la Basílica de Jesús de Medinaceli de forma cómoda y rápida.
Más información en la web oficial de Jesús de Medinaceli.