El 36,5% de los jóvenes en España comparte contenido sexual con sus parejas o ligues, según un estudio
El 36,5% de los jóvenes en España comparte contenido sexual con sus parejas o ligues, y uno de cada cinco lo publica en redes sociales o plataformas online.
Esto se hace tanto para obtener comentarios positivos (20,5%) como para lograr beneficios económicos (20,2%), según el informe 'Juventud y sexo en la era digital. Sexting y pornografía', realizado por el Centro Reina Sofía de Fad Juventud entre marzo y junio de 2024.
El estudio, de naturaleza cualitativa, contó con seis entrevistas a expertos, una comunidad digital con 17 participantes y dos grupos de discusión con jóvenes de entre 15 y 29 años. De acuerdo con los resultados, los más jóvenes (de 15 a 19 años) tienden a asociar el sexo digital con formas de violencia sexual online, mientras que los de mayor edad (de 20 a 30 años) lo consideran una práctica sexual más, destacando cómo la experiencia y madurez influyen en la percepción del fenómeno.
Contextos y motivos del sexting
Los principales motivos para practicar sexting son la falta de contacto físico, como en relaciones a distancia, y el deseo de sentirse atractivo o atractiva, así como la búsqueda de placer sexual. El estudio también refleja diferencias entre géneros. Mientras que las mujeres son más conscientes de cuándo una imagen es sexualizada y suelen reflexionar sobre la responsabilidad de dicha sexualización, los hombres muestran más dudas sobre lo que constituye sexualización o cosificación.
El consentimiento emerge como un tema central en el ámbito del sexo digital. Según el estudio, puede ser una forma de expresión sexual saludable si es consensuado, pero sin este consentimiento puede convertirse en una experiencia negativa o incluso violenta. Además, casi la mitad de los jóvenes (48,7%) han recibido imágenes eróticas sin su consentimiento, y uno de cada cinco admite haber compartido contenido sexual de otras personas sin permiso.
Falta de educación sexual
Beatriz Martín, directora general de Fad Juventud, ha destacado que existe una "gran laguna" en la educación sexual de los jóvenes, señalando que la mitad no recibe formación adecuada ni en casa ni en sus centros educativos. Según Martín, es fundamental implementar una educación sexoafectiva integral, diversa y con perspectiva de género para que los jóvenes puedan gestionar sus relaciones de manera segura y respetuosa.
El estudio también señala que los jóvenes son cada vez más conscientes de las consecuencias a largo plazo de sus actividades digitales. El temor a dejar una huella digital permanente juega un papel importante en cómo gestionan su sexualidad mediada por la tecnología. Existe una percepción generalizada de que "nada puede borrarse de internet", lo que genera angustia, especialmente entre las mujeres, ante la posibilidad de que sus contenidos eróticos puedan quedar accesibles para siempre y llegar a su entorno cercano.
La pornografía y su impacto en la juventud
El estudio también aborda el papel de la pornografía, indicando que su fácil acceso ha convertido su consumo en algo habitual entre los jóvenes. Fad señala que la pornografía se ha transformado en una especie de "escuela de sexualidad", aunque crea ideas poco realistas sobre las relaciones sexuales.
Además, la tendencia a compartir contenido sexualizado en redes sociales ha dado lugar a una escalada que, en algunos casos, conduce a la migración hacia plataformas como OnlyFans, donde se puede monetizar el contenido erótico. Según el informe, las mujeres sienten una mayor presión para sexualizar sus contenidos, mientras que los hombres asocian el cuerpo masculino con el éxito social. No obstante, tanto hombres como mujeres suelen tomar decisiones conscientes sobre lo que comparten, evaluando los riesgos y beneficios de hacerlo.
A pesar del reconocimiento generalizado de que la pornografía no refleja la realidad de las relaciones sexuales, muchos jóvenes son conscientes de su capacidad para distorsionar la percepción de la sexualidad.
Finalmente, Fad insiste en la necesidad de incorporar una educación sexoafectiva integral que ofrezca una visión realista e inclusiva de la sexualidad, ayudando a los jóvenes a gestionar sus relaciones de manera segura y responsable.
