No hay confianza (bueno, al menos no hay moción)
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En la mañana del lunes, y con Pedro Sánchez en Ucrania, Junts retiraba su proposición no de ley exigiendo a Pedro Sánchez que se someta a la cuestión de confianza en el Congreso.
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Una pesadilla menos para el Presidente del Gobierno, que en ningún caso pensaba, me parece, someterse a esta cuestión -es prerrogativa suya hacerlo o rechazarlo- y que ha hecho lo posible y lo imposible para evitarlo; por ejemplo, condonar 17.000 millones de deuda a Cataluña, o ampliar a 25.000 el número de 'mossos d'escuadra'. Y sospecho que en las negociaciones de este fin de semana en Suiza, con Zapatero de 'embajador de causas imposibles', se habrán prometido otras muchas cosas al partido de Puigdemont, como la cesión total en las competencias sobre migración o el control de las fronteras. Veremos cómo lo explican.
El caso es que ya no tendrá Sánchez que revelar en las Cortes casi nada sobre sus planes, nacionales e internacionales, de futuro. Precisamente cuando más falta hacen estas explicaciones, en un contexto especialmente complicado para Europa y para el mundo en general. Pienso que, ya que no habrá por ahora un debate parlamentario que merezca el nombre de tal -porque las sesiones de control al Gobierno ni son debate ni son casi nada, excepto un circo o un campo de Batalla--, Sánchez debería comparecer ante los medios para, en una rueda de prensa que merezca el nombre de tal, dar cuenta a la opinión pública de cuáles son sus planes: ¿enfrentar, liderando una corriente mayoritaria en la Unión Europea, las posiciones de Trump/Putin?¿Acercarse más a China?¿Variar el rumbo de su Gobierno de coalición, donde coexisten posiciones contradictorias?
Como periodista, yo pediría que, a su regreso de Ucrania, tras el Consejo de Ministros de este martes y como sustituto al debate de la cuestión de confianza que ha logrado frenar, Sánchez se encuentre con los medios y acepte preguntas; muchas de esas preguntas que estamos deseando hacerle y a las que jamás responde en las sesiones parlamentarias de los miércoles (ni, la verdad, tampoco en los encuentros con informadores). Porque ese tipo de cosas, dar explicaciones completas, y no eslóganes, a quienes te votan y te pagan, también forma parte de la democracia ¿no? Y también, supongo, forma parte de la confianza que los administrados habríamos de tener en quienes nos administran.
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