Un escándalo monumental
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Cuando determinadas conductas privadas se financian con dinero público dejan de ser actos privados para convertirse en escándalos públicos.
Que un ministro -José Luis Ábalos, titular de Fomento entre 2018 y 2021 - incluyera a su amante en la nómina de una sociedad mercantil dependiente del ministerio, tal y como como hemos tenido noticia a raíz de las declaraciones de la joven Jessica Rodríguez ante un juez del Tribunal Supremo, es un hecho sin precedentes en la historia reciente de nuestro país.
Que dicha entretenida que bajo tarifa acompañaba al ministro en sus viajes oficiales haya reconocido en su testifical que durante dos años estuvo cobrando un sueldo sin acudir al puesto de trabajo que tenía asignado en una de las empresas públicas dependientes del citado Ministerio de Fomento y posteriormente en otra dependiente de Agricultura, añade un grado más de perplejidad al relato de la sórdida doble moral de quienes desde la alta tribuna que otorga el poder declaraban haber venido a acabar con la corrupción. Argumento que José Luis Ábalos esgrimió como portavoz del PSOE en la moción de censura que provocó la dimisión de Mariano Rajoy como Presidente del Gobierno. En el Diario de Sesiones del Congreso quedaron las palabras que resumen el compromiso de aquél día: ”Dignidad, democracia y decencia” ¡Menudo sarcasmo¡
A medida que se van conociendo nuevos detalles de las andanzas de quien en el momento cenital de su carrera como ministro y secretario de organización del PSOE pasaba por ser la mano derecha de Pedro Sánchez se ensancha el registro de sordidez como centro de una trama de corrupción que, al decir de las investigaciones de la UCO ( Guardia Civil ) , se ramificó durante el confinamiento favorecedor de la oscuridad de los días de la pandemia .Es un escándalo político , que dado el fraude que apareja -facilitar el cobro de sueldos de la Administración sin realizar trabajo alguno -, apunta a presuntos delitos. Un monumental escándalo político por el que Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, todavía no ha dado la menor explicación ni pedido perdón, en línea con su argumentario en el caso del Fiscal General del Estado. Dadas sus ramificaciones el "caso Ábalos" va camino de convertirse en una bomba de relojería.
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