Salvar al 'soldado Sánchez'

La política se complace en la ironía. Pedro Sánchez tras dejar atrás su etapa de concejal en el Ayuntamiento de Madrid y de diputado en el Congreso, debutó en el gran escenario de la vida política nacional diciendo que "sobraba el Ministerio de Defensa " (Diario El Mundo, 2014).
Ha llovido mucho desde entonces. Aquel Sánchez, hoy Presidente del Gobierno de España, comparece ante la opinión pública como el converso que en nombre de la OTAN defiende un incremento del gasto en Defensa por encima del actual 1,28 % del PIB que aporta nuestro país a la Alianza. Donald Trump se ha puesto serio, y a cambio de no retirarse a contemplar como espectador la guerra de Ucrania desde el otro lado del Atlántico, exige subir hasta un mínimo de un 3% la aportación de los países que integran la OTAN.
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En lo que afecta a España las exigencias del "amigo americano" -con maneras si se quiere brutales, pero es lo que hay-, la cosa pinta mal porque en el Gobierno mixto que preside Sánchez no todos están de acuerdo en aumentar el gasto en Defensa y menos apoyo si cabe encontraría esa hipotética partida entre los socios del polinomio parlamentario, mayormente pequeños partidos de corte comunista, que sintonizan más con el invasor Putin que con el pobre Zelenski.
Así las cosas, ¿qué le queda al 'soldado Sánchez' para salvar la cara ante Bruselas, la OTAN y Washington? Pues a la vista está: le queda el Partido Popular. El partido más votado en las últimas elecciones al que Sánchez lleva meses intentado marginar de la a vida política pero al que ahora llama a su puerta. Y, ¿cómo lo hace? Pues sin bajarse de la peana y ninguneando a Núñez Feijóo. Situando al PP con sus 137 diputados, imprescindibles para aprobar el aumento de gasto en Defensa al que en principio se oponen sus socios, con el mismo reparto de tiempo en el encuentro (20 minutos) que el que dedicará a Bildu (6 diputados ) o a ERC (7 diputados). Dada las circunstancias, con la guerra que no se detiene, lo más dramático de la situación es que, por una cuestión de responsabilidad y sentido de Estado, a Núñez Feijóo no le queda otra que acudir al rescate del 'soldado Sánchez' quién -démoslo por seguro- una vez conseguido su objetivo seguirá denostando al líder de la oposición como hizo hace unos días llamándole "colaboracionista". De cuando los nazis. Está en su naturaleza.
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