Jennifer Hermoso recurre la sentencia y pide condenas por coacciones contra Rubiales y otros exdirigentes

Jennifer Hermoso ha recurrido la sentencia que condenó al expresidente de la Real Federación Española de fútbol (RFEF), Luis Rubiales, a 18 meses de multa por agresión sexual, solicitando que también se le imponga una pena por coacciones.
La futbolista argumenta que las presiones y amenazas que sufrió tras el beso no consentido en la final del Mundial eran reales y busca que Rubiales y otros tres exdirigentes sean condenados a prisión.
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Solicita cárcel para Rubiales, Vilda, Luque y Rivera
El recurso, presentado ante la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, reclama que, además de Rubiales, el exdirector de la Selección Española Albert Luque, el exseleccionador Jorge Vilda y el exresponsable de Marketing de la RFEF, Rubén Rivera, sean condenados a 1 año y 6 meses de prisión por coacciones.
De manera subsidiaria, el abogado de Hermoso solicita que, si no se les condena por coacciones, se revoque la sentencia de agresión sexual contra Rubiales y se le imponga una pena de un año de cárcel en lugar de la multa económica.
"Las amenazas eran reales"
En su escrito, el letrado de Hermoso critica que el juez José Manuel Fernández Prieto no haya considerado que hubo un acto de violencia o intimidación dirigido a forzar a la jugadora. Según la defensa de la futbolista, la presión ejercida por los acusados tras el incidente del beso fue constante y alteró significativamente su vida.
"Jennifer recibió los mensajes y percibió que las amenazas y consecuencias eran reales. Dado el poder jerárquico de los acusados en ese momento, no existía ninguna duda de que podían materializarse", señala el recurso, añadiendo que la futbolista llegó a llorar y temer represalias.
El abogado describe cómo Rubiales, mediante presión laboral, mediática y ambiental, intentó que Hermoso dijera públicamente que el beso fue consentido. Esto, argumenta, constituye violencia psicológica, ya que afectó emocionalmente a la jugadora, quien incluso tuvo que abandonar Madrid para escapar de la presión.
Ocho intentos de presión
El recurso detalla que, tras la entrega de medallas del Mundial de 2022, los dirigentes de la RFEF intentaron en al menos ocho ocasiones convencer a Hermoso o a su entorno para que apoyara públicamente a Rubiales. Uno de los momentos clave fue el intento de que la jugadora firmara un comunicado exculpatorio.
"Trataron de obligarla a hacer lo que no quería, ignorando sus sentimientos de rechazo y su dignidad como mujer", denuncia el recurso. Además, el abogado subraya que la jugadora fue objeto de una "intimidación suficiente" al recibir presiones indirectas a través de su familia.
También se menciona el episodio en el que Rubén Rivera insistió en cargar el teléfono móvil de Hermoso durante el viaje de celebración a Ibiza, algo que la defensa considera parte de una estrategia para obtener declaraciones favorables.
Acusación de abuso de poder
El recurso recalca que Rubiales usó su posición como presidente de la RFEF para ejercer una influencia desproporcionada sobre Hermoso. Se insiste en que la falta de una amenaza explícita no implica ausencia de intimidación, ya que la jugadora sufrió un estado de ansiedad significativo.
Por todo ello, la defensa sostiene que los hechos narrados constituyen un delito de coacciones y que la sentencia del juez omite la valoración de pruebas que podrían justificar una condena por este delito.
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