Trump nos descoloca

 Trump nos descoloca

La Europa sedienta de paz mira a la ciudad de Yeda (Arabia Saudí), donde este martes se reúnen las dos delegaciones, ucraniana y estadounidense, dispuestas a negociar un arreglo que ponga fin a los tres años de la guerra iniciada con la invasión rusa en una parte de Ucrania.

Un conflicto que ha zarandeado el tablero mundial. También El Español.

Trump nos descoloca. Sus peculiares recetas sobre dicho conflicto retratan a los diferentes partidos políticos de nuestro país. Véase la controversia nacional sobre el veto del Gobierno a VOX, tercera fuerza política de base parlamentaria, en las anunciadas conversaciones de Sánchez sobre la cumbre europea de la semana pasada en Bruselas.

Atención, pregunta: ¿es democrático ignorar el parecer de tres millones de españoles representados en un determinado partido político?

Moncloa ha fijado postura en voz del mismo Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ha sentenciado: "Cuanto más aislada esté la ultraderecha, más segura estará Europa". Lo cual, insisto, supone una temeraria deslegitimación de un importante segmento del electorado que decidió libremente votar a este partido como libremente podía haber decidido votar a otro.

Cabe preguntarse quién ha habilitado al presidente del Gobierno para impedir las relaciones institucionales de un partido de base parlamentaria que se instala en la diversidad del espectro representativo jugando con las mismas reglas que sus competidores.

Nadie. No hay quién. Pero sí hay un por qué. Pedro Sánchez pretende encubrir con su "antitrumpismo" y su aversión a la ultraderecha tanto la fractura de su sindicato de costaleros como el desgaste de su imagen y la de su partido por causa de la corrupción de cercanías que le acorrala política y judicialmente.

La cancelación de Vox por parte de La Moncloa tiene su reflejo extensivo en el ninguneo del PP como interlocutor de la ronda de líderes programada para el jueves. No es de recibo que el que gobierna niegue trato preferente al que puede gobernar (el PP es primera fuerza de base parlamentaria) cuando se trata de un asunto de Estado, como es la integración de España en un escudo militar europeo (¿solo disuasorio?) frente al descarado expansionismo ruso.

En principio, Núñez Feijóo, líder de la oposición, será un interlocutor más de los que este jueves pasen por la Moncloa (todos menos Vox) para tratar, entre otras cosas, del coste de la participación española a los planes de rearme de la UE. Y en el discurso de Sánchez, también es un líder bajo sospecha de asociarse con la ultraderecha en la eventual reconquista de la presidencia del Gobierno.

Y es que las narrativas no dejan ver el bosque.

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