Sánchez, de ronda
La política nacional está de ronda. La que protagonizan este jueves los jefes de fila de las distintas fuerzas parlamentarias, citados en La Moncloa por el Presidente del Gobierno con la vana esperanza de concertar una posición de Estado respecto a una política de seguridad y defensa de la UE, de carácter preventivo ante la amenaza expansionista de Rusia.
Si en un Gobierno de coalición una parte no consigue ponerse de acuerdo con la otra, difícilmente lo logrará con las fuerzas que acampan extramuros de la poderosa fortaleza de Sánchez. Pero esa idea, la de lograr una remada conjunta, es la que inspira de entrada esta ronda de consultas del presidente con todos los líderes de base parlamentaria, excepto Santiago Abascal, secretario general de VOX.
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El previo desencuentro de Sánchez con su vicepresidenta, Yolanda Díaz (cabeza visible de Sumar, de hecho), acreditado en la charla del martes pasado en la Moncloa debería ser motivo suficiente de ruptura de la coalición. Pero eso no va a ocurrir porque no conviene a ninguna de las dos partes. Así que, a fin de desactivar a quienes nos rasgamos las vestiduras ante las maniobras de un Gobierno que siempre sobrevive a sus amagos de implosión, ya se han puesto a buscar el modo de maquillar el desacuerdo en el asumido aumento de gastos militares.
Tal y como ha sido anunciado por la ministra portavoz, Pilar Alegría, y por el propio comunicado hecho público por Sumar tras la reunión de Sánchez con Díaz, el objetivo es ir hacia una "propuesta conjunta" que se está fraguando. Y el método para maquillar la discrepancia no es otro que la imaginación creativa. Tanto en el lenguaje como en la contabilidad presupuestaria. Por ejemplo, que en el gasto militar encajen partidas que nada tienen que ver tanques, misiles, bombarderos...
La trampa consiste en llamar de otro modo a las cosas para justificar el aumento de gastos en "seguridad y defensa" (hasta 2% antes del 2029 inicialmente comprometido) ¿Quién va a impedir que encajen en la partida de gastos militares los servicios de inteligencia, suministros civiles a las Fuerzas Armadas, nuevas tecnologías, reforzamiento de la UME en situaciones de emergencias no bélicas, etc?.
Me temo que ese recurso imaginativo es el que están explorando los estrategas socialistas de la Moncloa para quedar bien al mismo tiempo con Bruselas (aumento del gasto militar para contribuir al rearme de Europa) y con sus socios de Gobierno (Movimiento Sumar, Compromis, Izquierda Unida, Mas Madrid, Verdes, etc).
La propia vicepresidenta, Yolanda Díaz, riza el rizo cuando sugiere que en el concepto de "seguridad" -asociado indistintamente al de "defensa"- se incluyan la lucha contra situaciones de precariedad, la exclusión social, el hambre o la pobreza.
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