Empresarios listos, políticos torpes

 Empresarios listos, políticos torpes

Nadie puede decir que una persona que ha logrado una de las mayores fortunas del mundo sea tonto. Será listo, pero listo es algo diferente de inteligente. Y reconozco que Elon Musk debe ser una persona listísima. Su aparente amigo, Donald Trump, tampoco es necio. Ha aprovechado ser hijo de un rico, y no sólo eso, sino que, en lugar de especular con terrenos en Brooklyn, como hizo su padre, él ha hecho lo mismo, pero en Manhattan, donde los pelotazos multiplican su valor.

El listo de Elon Musk se ha convertido en político, y ha logrado que las acciones de una de sus empresas de automóviles haya descendido hasta el 56%, desde su cotización más alta. Por si fuera poco, algunas de sus decisiones están bajo la mirada judicial, porque una cosa es mandar en unas empresas, donde eres el accionista mayoritario -y no hay nadie que no se ría, cuando cuentas un chiste- y, otra, un político. Es un fenómeno científico: los empresarios son más graciosos con los empleados de su empresa que cuando se encuentran en un ambiente neutral. Incluso hay políticos que, cuando actúan en el seno de su partido, son siempre aplaudidos y, en cambio, salen a la calle y les silban.

Donald Trump, también es listo, pero sus métodos empresariales pueden lograr una inflación histórica en EE.UU.. Y eso, a lo peor, no es bueno para sus negocios, porque cuando la inflación es moderada, se suele invertir en bienes inmuebles (el gran negocio de Donald Trump) pero cuando es muy alta, los precios suben tanto que hay muy pocas personas que puedan comprar un apartamento, y los gastos de mantenimiento aumentan tanto que provocan la llamada "burbuja inmobiliaria". Es decir, que un empresario listo, convertido en un político torpe, no sólo puede arruinar a su país, sino que puede provocar su propia bancarrota.

De momento, el aparente amigo de Elon Musk le ha comprado un coche para tratar de reavivar las ventas, pero los que no son amigos, ni siquiera aparentes, los queman en las calles.

Donald Trump y Elon Musk son empresarios listos. Nadie lo niega. Pero están empeñados en demostrar lo torpes que pueden ser como políticos. Y ya puede bailar el uno, y partir tartas el otro, que la realidad no se puede transformar con chabacanadas. Y los mercados nunca han reído un chiste, aunque lo cuente un millonario.

Publish the Menu module to "offcanvas" position. Here you can publish other modules as well.
Learn More.